Attracted Magnents [+18] [Tonway]

Capítulo 35

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「𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧 - 𝙅𝙖𝙘𝙠 𝘾𝙤𝙣𝙬𝙖𝙮」

El silencio resonaba cómo una sutil pero muy dolorosa tortura, las paredes blancas de aquel espacio completamente irreconocible me ponían nervioso.

— Está peor de lo que pensé.. — Escuché aquella voz tan familiar. Gordon era lo que mi mente podía recordar.

Estaba asustado, muy asustado. Jamás había sentido esto y me atemorizaba, él me asustaba.
Miré mis manos, eran cómo las de un niño ¿Tal vez había muerto?...

¿Habría por fin obtenido la paz que siempre deseé?

Las lágrimas bajaron por mis mejillas cómo cascadas, no podía contenerme, no podía hacerle frente a esto.

*Eres tan patético...*

Sentí las ganas de correr y eso mismo hice. Tenía energía, la suficiente cómo para correr lo más lejos posible pero con cada paso que daba: algo parecía retenerme o tan sólo la habitación parecía no tener fin.

— Tú los mataste — ...

Caí al suelo, observandome detenidamente y dándome cuenta de que mi cuerpo era el de un niño.
Mi ropa tenía manchas de suciedad, barro y sangre, y eso me daba un sabor muy amargo.

— Es de mala educación no mirar a quién te está hablando maldito imbécil — Miré hacia arriba, espantandome de inmediato al ver aquello. Era yo, mi cuerpo adulto me estaba mirando de una forma completamente siniestra, sus cuencas estaban vacías y podía distinguir una pupila extremadamente pequeña mirándome con depravedad...

— ¡Joder! ... ¡Déjame en paz! — Él comenzó a reírse mientras yo trataba de alejarme de él, arrastrándo mi cuerpo hacia atrás por el suelo con ayuda de mis piernas y mis brazos.

— Tu voz tan chillona me da asco — Recibí un golpe en la mandíbula, sintiendo cómo uno de mis dientes se partía a la mitad y algunos se doblaban abandonando parte de mis encías.

— ¡Aa-auu! — Puse mi mano derecha, agarrando mi propia mandíbula con fuerza ante el dolor, desatando un leve llanto lleno de temor ante la sangre que salía de mi boca.

Estaba desprotegido, completamente desprotegido ante aquel sujeto que me miraba con lujuria asesina. Quería salir de ahí, quería huir de una vez, quería ser quien soy sin tener que ocultarme.

Pero no podía.

No puedo.

— Gustabo no es Gustabo — La voz de Gordon volvió a irrumpir el lugar y me quedé helado al escuchar aquello — Gustabo es Toni Gambino — Apreté mis labios con las ganas de llorar aún más fuertes, haciendo una mueca de completa tristeza tal cuál un niño de 7 años.