Cabo suelto VIII: Aquello que me diste (Parte V)

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Separados. 

Melissa Paredes.

La puerta de mi habitación se abre tan fuerte que da contra la pared y rebota.

Levanto la mirada de mi libro de histología, y por un segundo veo borroso por todo el tiempo que he pasado mirando las letras.

Veo una Susana furiosa viniendo hacia mí, y retrocedo en mi silla porque sé muy bien que nada bueno sucede para mí cuando está en esa tónica.

- ¿Sabes quien está en mi maldita casa? – Es su saludo

- ¿Ah?

- ¡Tu maldita hermana! – Me grita airadamente - ¡Tu jodida hermana lleva tres minutos saliendo con Villa, y parece que esto le importa más que a ti!

- Susi, no puedo....

- ¡¿No puedes?! – Me grita de nuevo - ¡Ni siquiera te importa!, ¡Él hace cualquier cosa para estar contigo, y tú no puedes darle una jodida hora de tu vida para celebrar algo que lo hace feliz!

- ¡Tengo un examen final mañana! – Exclamo, echando las manos al aire, porque al parecer ella no entiende por qué tengo que estudiar

- ¡¡Ya sé!! – Me grita de vuelta - ¡¡No puedes parar de estudiar una maldita hora solo porque él está acá y esto es importante para él, y aunque no se queja, sé que quiere compartirlo contigo!!

La disquera ha renovado el contrato de Morat, y el alcance de sus nuevas condiciones contractuales es increíble.

Sacaron su segundo disco hace muy poco, pero estarán llegando a tantos países que todo suena como más de lo que pudieron soñar.

A mí solo me suena como menos tiempo aún junto a mi novio, así que no tengo ganas de fingir que estoy feliz por eso.

- Tengo que estudiar, Susana. Me alegro mucho por él y por su carrera, pero tengo que preocuparme por la mía

- Eres una egoísta – Me dice mi amiga, y niega lentamente con la cabeza

Algo se siente mal por oírla hablarme de esa manera, porque nunca discutimos.

Nunca me ha hablado así, y puedo ver en su cara que está justo tan enojada como suena.

Sé que esto sacude los fantasmas de su relación fallida con Villa, y no me pierdo la ironía de todas las veces que le dije que la distancia no era tan grave. Que Isa me llamaba en las noches y cantaba para mí, y dormirme con su voz era todo lo que quería.

Pero ahora mismo estoy ocupada, y mi carrera también importa.

Ya no me quedo hasta tarde esperando su llamada.

A veces pasa mucho tiempo hasta que pueda responder sus mensajes.

Ya no puedo estar tan adaptada a sus necesidades como antes, pero eso no quiere decir que no hablemos, o que no siga amándolo muchísimo.

Simplemente, ahora amo otras cosas además de él.

- ¿Yo soy una egoísta? – Exclamo, poniéndome de pie - ¿Solo porque no pongo toda mi vida en pausa porque él está un par de días en casa?...¡No estoy en una discoteca en la 93, Susana!, ¡Estoy estudiando! Estoy esforzándose por lo que amo justo como él, y espero que lo entiendas, porque él lo hace

- Ah, él lo entiende – Asiente Susana con una mueca – Él lo entiende porque te dará cualquier cosa que le pidas, pero eso no quiere decir que no le estés rompiendo el corazón

° El amor después del amor °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora