Cabo suelto XII: Start me up (Parte II)

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- ¡Ruthie! – Le exclamo a mi mejor amiga la mañana siguiente cuando entro al restaurante de nuestro hotel

Ella me da una sonrisa gigante antes de levantarse y saludarme con un beso en cada mejilla.

- Hola, hombre hermoso – Me sonríe – Que bueno verte por fin

- ¿Qué tal todo?

- Bueno, pues me gradúo de la universidad en un mes y mi mejor amigo no va a estar aquí, pero de resto todo super

- Si voy a estar – Le digo con un suspiro, porque hemos tenido esta conversación unas mil veces

- Eso me dices siempre – Murmura odiosamente.

Suspiro de nuevo, porque la única razón por la que no la tomo por los hombros y la sacudo para que deje de ser obstinada es que sé que me he ganado esa fama de amigo poco cumplidor a pulso.

He faltado a tantos cumpleaños y eventos a los que le juré que llegaría que entiendo por qué no me cree.

- Si voy a venir, Ruthie. Te lo prometo mucho – Le digo, poniéndome una mano en el corazón

Se queda mirándome con una expresión de desconfianza, que poco a poco se convierte en una de curiosidad.

Se inclina en mi dirección y sin mucho cuidado me empuja por la mejilla para exponer mi cuello.

- Ay, ¿pero qué pasa? – Reniego

- ¿Por qué tienes una rozadura de barba en el cuello? – Demanda ella

Le doy una mirada de absoluta inocencia y niego con la cabeza.

- Es una alergia

- Una alergia a tus mentiras de puta barata es lo que tengo yo. No hay ningún vagabundo rondando por acá y enganchado a tus sábanas como un yonqui, así que dime con quién del equipo te estabas besuqueando

- El equipo está lleno de vagabundos, querida – Le digo reflexivamente

- Dios mío, eres una perra – Farfulla ella

Y porque a mi cerebro le gusta asociar las cosas de manera extraña, de repente algo hace clic.

Me siento erguido en la silla y me quedo mirándola.

- En un mes es tu graduación – Recapitulo. Ella frunce el ceño

- Normalmente se te olvidan las cosas que vamos a hacer juntos, pero esta en particular te la dije hace 3 minutos, ¿necesitas un chequeo neurológico?

- No, estúpida – Me río – Dijiste que ibas a hacer un fiestón

- Si, las personas que estudiamos carreras de verdad nos alegramos de que nos den el diploma. No lo entenderías – Dice con un gesto indiferente de su mano

A veces no sé por qué somos amigos.

Le muestro el dedo medio, pero no me ocupo de elaborar una respuesta porque ahora tengo algo más interesante en mente.

- Vas a hacer un fiestón y vas a invitar a todo el mundo, porque eres escandalosa y no hay nadie en todo el sur de la península de Yucatán al que no le hayas dicho por los codos que eres una gran doctora

- Porque lo soy. No espero que entiendas los pormenores de la educación profesional

- A veces no te soporto – Indico, pero me mantengo en mi idea – Considerando que vas a invitar hasta el hijo del tendero que te vendió tu primer lápiz en la guardería....¿Vas a invitar a Coronita?

° El amor después del amor °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora