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☀️1- Día 13.

>Día 13-Durmiendo.
>Capítulo corto.

Si algo caracterizaba al español era su capacidad para dormir, incluso si estuviera la casa en llamas no se despertaría.

Uk solía ver a su pareja, tumbada en el sofá o en la cama, sin haberse molestado en sí quiera quitarse los zapatos, y hoy era uno de esos días.

— España, ¿Cuando era el cumpleaños de...?

Su voz se cortó levemente, viendo hacia aquel sofá donde, claramente, estaba el español dormido, como si de un peso muerto se tratase.

— Ya podrías mínimo taparte... — Reprochó el mayor, agarrando una de las sábanas del salón y tendiendo sobre el cuerpo de su pareja.

Este se acurrucó al instante, parecía un niño pequeño o similar, aunque tanto dormir preocupaba a Uk, ya que por esto mismo se llegaba a saltar comidas, reuniones o insomnio. Y no era algo que solo él había notado.

— Cogió esa costumbre cuando era pequeño tras la muerte de mamá, en principio vimos normal que no quisiera moverse de la cama, pero llegó a recurrir a eso cuando había peleas con papá, o problemas en su reino. A veces hasta pensaba que estaba muerto o así ya que no llegaba ni a moverse... — Comentó Portugal la última vez que Uk saco el tema, en el mismo tono de preocupación, palabras que la mente del británico le recordó, aumentando este mismo sentimiento.

— Espero solo estés cansado... — Contestó para si mismo, siguiendo su camino al segundo piso y dejando en el mismo salón al pelirrojo.

Uk paso horas de arriba para abajo hasta las 10 de la noche, pasaba por el salón una y otra vez y ahí seguía España, como si fuera una estatua, hasta llegó a comprobar su respiración y pulso varias veces.

Esta última, mientras se separaba del pelirrojo noto un pequeño tic en el, aunque no le dio importancia y fue a la cocina, dispuesto a cocinar, aunque al cruzar el arco de la puerta un fuerte golpe lo devolvió corriendo al salón.

— Spain?! — Llamo a su amante, acercándose al sofá y notando que este había caído al suelo, cubierto en un sudor frío y jadeando con dureza que duró poco.

— Una pesadilla — Respondió sin más, igualando su respiración y levantándose del suelo — Uhg... ¿Qué hora es?

— Las 10, llevas todo el día durmiendo, ven, tienes que comer algo. — Ordenó el británico, ignorando un poco el echo del reciente susto y arrastrando al español con sus quejas hacia la cocina.

(...)

— ¿En serio sigues con sueño?

— Claro que sí, comer da hambre.

Tras la cena ambos países habían subido a su habitación, tumbadose cada uno a un lado de la cama.

— Dudo que dormir tanto sea bueno... — Comentó el británico, viendo a su pareja.

— Sabes que soy muy vago. — Justificó — Y me gustan mis sueños.

— ¿Con que sueñas? — Preguntó el británico, llevándose una mirada pensativa del español.

— ... No lo recuerdo — Dijo sin más, girándose en su sitio.

Las luces se apagaron a la par que las voces. Claramente España se acordaba, se acordaba de cada uno de esos sueños en todos los años desde aquel suceso.

Un campo infinito, llenó de claveles, un gran árbol que cubría el sol y dejaba una dulce sombra que protegía a aquella mujer con velo y rasgos tan parecidos a ambos gemelos.

En cierto modo, en esos sueños es el único lugar donde puede ver a su madre, por lo que no se arrepiente de las horas de vida perdida.

Ahí, el tiempo pasa muy rápido.

Ummsss esos Mommy lssues.

585 palabras.