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☀️1- Día 17

>Día 17- Romanos/Griegos Au.
>Capítulo corto y sin sentido.
>Originalmente IR es más el abuelo de España que su padre en mi canon, pero aquí será al revés (a este paso debería hacer un libro de headcanons)

Aquella tierra conquistada hace ya cierto tiempo suspiraba de forma notoria entre los pilares y las plantas del nuevo templo recién construido.

Imperio Romano era conocido por todo el mundo, y como no, y era dueño de la mitad. Hace más pronto que tarde realizó su última conquista hasta la fecha, Iberia, una península al extremo del continente la cual, según él, estaba llena de barbaros (personas que no hablaban latín) y les hizo un favor al llegar, imponiendo su cultura e idioma (creo que no hace falta comentar más al respecto, todos nos sabemos esa historia).

Según el, le hizo un favor al joven que gobernaba esas tierras antes de su llegada adoptando lo como su hijo, pero siendo francos, el papel de padre no era lo suyo, por lo que le costó tiempo notar que los resoplidos del menor no eran precisamente por aburrimiento, si no por amor.

— ¿Qué te pasa, Hispania? Llevas semanas en las nubes — Comentó el mayor, acercándose hacia aquel adolescente con túnica blanca y pelo trenzado.

— Que creo haber visto al mismo hijo de Venus~ — Hablo el chico de pelo rojo cual sangre, levantándose del suelo en el que estaba.

El romano suspiro, ya conocía a España, sabía que si algo lo destacaba era la pasión y lo enamoradizo que era, cada semana se fijaba en 5 personas nuevas y 5 nuevos desamores que olvidaba a los pocos días, pero este le estaba dudando más de lo normal.

— ¿Puedo saber de quién hablas?

— El joven que vino de viaje, el que habla otra lengua y va las tardes al templo... — Comentó, asomándose a través de un pilar hacia los exteriores del templo mismo, donde se situaba el inglés. — Ese de ahí, ¿Lo ve?

— Ah... Sí UK — Respondió con calma el imperio — Vino para conocerme exclusivamente a mi — comentó, levantó a mas su propio ego.

— ¿Y no tiene en su ruta conocer mi cama? Porque yo no me quejo.

El comentario hizo reír al romano, el cual, lo que era seriedad en estos temas, no tenía. Obvio una respuesta y salió del templo, bajando un par de escalones hacia el inglés y dejando atrás al ibérico, el cual entro en pánico nada más los vio hablar y caminar hacia la dirección en la que él estaba.

En poco tiempo intento arreglar su cabeza y el manto blanco que cubría su cuerpo, nada más ambos hombres cruzaron la entrada del lugar automáticamente se colocó contra uno de los pilares, disimulando y girando su vista hacia el lado contrario.

— Este de aquí es Hispania, aunque por la zona le llaman España, mi hijo. — Escucho una voz detrás suya, como si no fuera con él la cosa se giró a verlos.

El joven peliazul se acercó, sonriendo y extendiendo su mano.

— Un gusto, me llamo UK, Imperio me ha hablado mucho de ti. — el pelirrojo acepto la mano, dando un leve apretón. — ¿Estabas rezando?

— ¿Qué? No, si yo no creo en estos dioses que son copiados de otros... — Dijo, como si romano no estuviera enfrente suya. — Estaba viendo los pájaros.

El británico Gio su vista hacia donde antes estaba viendo el español.

— No hay pájaros.

— Si hay, es que se fueron. — Contestó, soltando su mano al instante. — ¿A que vienes tú al templo si se puede saber? — Pregunto, cruzando sus brazos y acercándose al británico, con curiosidad.

— Quería la estructura del lugar — comentó este, sonriendo con ternura. — Si me pudieras hacer un tour...

— ¿Tour? Pero si yo no sé ni dónde queda la salida... — Este se separó un poco, aunque no tardo en entender las segundas intenciones ocultas de esa proposición — AUNQUE sí conozco las mejores zonas... Así que si me permite le guiaré con gusto~

—  El gusto es mío, señorita.

Hubo un silencio, el español se separó al instante, viendo al británico con cierto disgusto.

— ¿Señorita?

— Sí... Y permítame decirle que es de las mujeres más bellas que he visto en el país.

Otro silencio, el pelirrojo acercó sus pasos hacia el británico, con una sonrisa notablemente forzada.

— Pues, mira tú por dónde, Señor. — Hizo una pequeña pausa — Para tu información tengo la polla más grande que tú fijo, capullo.

No dio tiempo a reaccionar, este se dio media vuelta y empezó a caminar hacia la salida del templo, murmurando.

— Confundirme con una tía el cabrón este... ¡anda que te den por culo cabrón! ¿Y este quién se cree que es? Pufff... Ni estaba tan bueno...

El británico se giró hacia el gran Imperio, sorprendido y sin entender nada de lo sucedido.

— ¿Dije algo malo? — Preguntó, viendo hacia el rubio el cual estaba riéndose a más no poder.

— N-No no, tranquilo, e-es él que es algo especial... Je... — Limpio una pequeña lagrimita que se estaba de su ojo por la risa. — Venga, te hago yo el tour muchacho, tu tranquilo.

— ¿Va-Vale?

847 palabras.