Capítulo 24.

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Fue amor a primera vista.

Lo supiste solo con verlo.

Cuando eras un esclavo en la casa del Señor Cho nunca creíste que algo así, como salir de aquella mansión, pudiera pasar.

Todo era nuevo. Los alfas de la familia Hwang eran agradables, pasaste de compartir un tablón de madera con dos betas más en una habitación llena de esclavos a tener tu propia habitación. De comer comida de dudosa procedencia vuelta papilla a tener dos comidas diarias que en su gran mayoria conservaban su forma natural.

Yeji había sido quien más se había ocupado de ti. Cada mañana iba a la biblioteca y te acompañaba, hablando de todo y nada, o simplemente algunos días se la pasaba enseñadote nuevas palabras. Algunas veces incluso llevaba consigo pequeñas golosinas ocultas para que las comieran juntos.

Por otro lado, el Señor Hyunjin no era como su hermana. Más de una vez creíste que el alfa te odiaba, y es que las pocas veces que lo veías, cuando cruzaban miradas, este siempre lucia fastidiado.

Recuerdas una vez comentárselo a la alfa y esta rió.

- Oppa solo quiere a Minho, nadie que no sea Minho es mirado de manera diferente... es más, me atrevo a decir que si te mira mal es solo porque esta celoso de que el humano te tenga aprecio.

Habías oído que el motivo por el que fuiste llevado a la mansión Hwang era debido al humano. El rumor decía que él te había pedido.

Eso te dejo pensando. Así que comenzaste a prestarle atención al alfa mayor. Fue sorprendente la primera vez que notaste verdaderamente a que se refería la señorita Yeji.

No es que el alfa fuera malo, es más, dirías que la mayor parte del tiempo solo ignoraba a cualquier esclavo que trabajara en la mansión, a todos, excepto a uno.

Estando en el jardín escondido lo notaste.

Los ojos del alfa brillaban cuando observaba a Minho. Sólo bastaba con que Minho apareciera en su campo visual para que hasta su cuerpo lo buscará, y es que no sólo sus ojos lo miraban, sino que era como si todo su ser orbitara en su dirección.

Incluso su aroma cambiaba. Y es que de repente el sólo sentir el aroma del alfa te producía una extraña sensación de alivio.

Si no fuera porque sabías que Minho era humano, hubieras creído que podria ser un omega y el destinado del alfa.

Tus ojos fueron a parar al humano, y es que cuando se trataba de Minho, de lo único que estabas seguro es que ese humano era un enigma.

El humano era inexpresivo. No había nada de él que se pudiera leer.

Minho vivía en su mente. Hasta cuando le hablabas sentías que solo te miraba por mirar, mientras que su mente se mantenía ocupada pensando en anda a saber que cosa.

Quizás eso era lo atrayente del humano. La primera vez que lo viste sentiste la necesidad de tenerlo cerca. Querías que te mirara, que te reconociera.

Si te ponías a pensarlo, quizás por ello hasta Chan había caído en sus encantos.

Que injusto.

La primera vez que viste a Chan fue cuando estabas durmiendo en tu habitación, la primera vez que llegaste a la mansión.

Habías quedado dormido, y cuando recobraste la consciencia había sido porque alguien te había despertado.

Ese alguien había sido el beta.

Cuando te sonrió, mostrándote aquellos hermosos hoyuelos, en ese preciso momento supiste que algo nuevo había comenzado a crecer en tu interior.

El Alfa que se Enamoro de un Humano - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora