Capítulo 13.

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- ¿Y a esta cosa la llevamos por qué...? - pregunto la alfa menor, mirando al niño que lucía como un zorrito.

- No tengo ganas de comenzar otra discusión- dijo el alfa mayor sentado con los brazos y piernas cruzadas, sus ojos puestos en la ventanilla, mirando el camino.

- Es un beta, estoy segura que lo que más tenemos es betas - dijo la alfa, mirando al niño de arriba abajo, con desconfianza - ¿Cómo te llamas?

- Jeongin Señorita - dijo inmediatamente el niño sonriéndole a la alfa menor.

De repente te comenzaste a sentirte ansioso. Quizás había sido un error traerte a este niño.

Hyukjae seguro pensaría que fuiste estúpido.

- ¿Cuántos años tienes? – pregunto la alfa.

- 13 Señorita - dijo sin dejar de sonreír - estoy muy, muy, muuuuuy emocionado de poder conocer y trabajar en la mansión Hwang – dijo con entusiasmo el pequeño y tus ojos fueron a parar a la alfa menor – gracias por llevarme con ustedes.

Hwang Yeji no era un amo cruel, tenía una lengua filosa y una mirada intimidante cuando quería, pero en lo respectaba a su personalidad, no molestaba o incomodaba a nadie. Quizás hasta habías sido el primer esclavo con el que la alfa se entretenía fastidiando cuando te veía, y esas veces solo habían sido aquella vez en la escalera y cuando entraste al auto. Sino en lo general ella pasaba de tu persona, o de la de cualquier otro esclavo.

Si, tenía una fuerte personalidad propia de su especie, pero aunque la consideraras un amo flexible, estas seguro que no le temblaría la mano para abrir la puerta del carro y tirar al niño a la carretera si este no le agradaba.

- De nada, supongo- dijo la alfa, y se veía descolocada - aunque aun no entiendo para que llevamos a este niño - dijo mirando al alfa mayor y sacando su libreta de piel marrón, anotando algo.

Nunca aprendiste a leer, mucho menos escribir. Esas virtudes solo estaban relegadas a unos poco privilegiados. Sólo quienes pudieran pagar una educación tenían acceso a la misma.

- No sabía que Yeji se escribía así- dijo el niño beta, y de repente todos lo miraron, inclusive el alfa mayor.

La lapicera que sostenía la alfa menor cayó al suelo del carro, y el beta la junto.

- ¿Sabes leer? – pregunto con auténtica sorpresa en la voz la alfa menor y el pequeño Jeongin asintió.

- Sip, aprendí mientras limpiaba la oficina del Señor Cho, también algunas veces se divertía escribiendo en nuestros cuerpos con una pequeña navaja - dijo tendiéndole la lapicera a la alfa – nos escribía cosas como, sucio, inútil, puta... Mmmm... no recuerdo que más – dijo rascándose la cabeza con la mano derecha.

En ese pequeño gesto la manga de su camisa de replegó dejando ver las marcas rojas cubiertas de sangre seca en las muñecas del beta.

- ¿Y eso? - pregunto la alfa mirando la muñeca del niño.

- Ah... el Señor Cho cuando se emborracha le gusta descargar su enojo en nosotros - dijo como quien habla sobre el clima - cuando alguno muere lo tira en la fosa común con cal - explicó con una sonrisa.

La mandíbula de la alfa menor se tensó.

De repente el aire se sentía más pesado.

- Por eso estoy feliz de que me lleven, pensé que si no pasaba de hoy, seguro mañana me tocaba a mi ir a la fosa - y sus ojos se cerraron al sonreír mientras sus dientes asomaban al sonreír.

El Alfa que se Enamoro de un Humano - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora