Capítulo 15

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Se llego la hora de salida de la universidad, hoy fue un día largo ya que son las 6:30 de la tarde, el sol se está ocultando y quedan pocos alumnos en la escuela, la bateria de mi celular murió hace horas y no tengo la forma de pedir un taxi, tendré que irme en autobús.

—¿Tienes forma de irte? —me pregunta Tatiana deteniéndose a mi lado.

Ojalá fuera una bruja y tuviera mi escoba aquí conmigo.

—Me iré en autobús —cuelgo en el hombro mi mochila roja.

—Es muy peligroso irse en camión y más en esta hora, yo te llevo a tu casa y no acepto un no por respuesta —dice caminando con rumbo al estacionamiento.

Traté de negarme, pero por lo que veo es demasiado terca y aquí estoy subiéndome a su automóvil rojo, enciende la radio y sale una canción del grupo la quinta estación.

Después de 15 minutos de trayecto llegamos a mi casa, me bajo del auto y por la ventana me grita.

—Sana y salva en tu casa, nos vemos mañana —con la mano me dice adiós.

—Gracias por traerme —grito también.

Al entrar a mi hogar veo a Lalo sentado en el pequeño sofá viendo la televisión.

—Hola enana —saluda alegremente.

—Hola Lalo —me siento en el sillón de al lado.

—¿Cómo te fue en tu primer día? —me pregunta apagando la tv.

Respondo que todo estuvo normal.

—Vine a hablar contigo sobre Damián, hoy fui a comer con él y charlamos sobre ti.

¿Qué? Yo me imaginaba que cuando se volvieran a ver alguien quedaría con la cara golpeada, pero mi hermano no se ve golpeado.

—¿Le rompiste su fea cara? —pregunto poniéndome de pie.

Lalo niega con la cabeza; en la cocina se escucha que mi madre está lavando los trastes, seguramente mi hermano le pidió que no estuviera aquí.

—No Nel, no le rompí la cara, sólo hablamos y bueno, me explicó varias cosas. Él te quiere.

—¿Me quiere?, vaya, pues qué bonita forma de querer tiene el imbécil — respondo molesta.

El que no luche por mí me da entender otra cosa distinta.

—Imbécil o no tú también lo quieres, enana. Sé que estás enojada con él, pero no desaproveches el tiempo, no vaya a ser que conozca a otra chica —él se levanta del sillón desanudando su corbata gris.

Gracias hermanito.

Estoy por contestar cuando entra mi madre con unos vasos llenos de refresco y un plato con botanas.

—¿Vemos una película? No todos los días tengo a mis bebés conmigo —pregunta ella sentándose en el sillón junto a mi hermano.

Lalo desde que regresó de estudiar, buscó un departamento para rentar, ya que quería independizarse; mi madre estuvo varios días llorando como si no lo volvería a ver de nuevo.

—Sí, veamos "Sé lo que hicieron el verano pasado" —me levanto a buscarla en el cajón donde guardamos los DVD.

**

Lalo se acaba de marchar a su casa y yo sigo pensativa, el qué me haya dicho que Damián me quiere me ha confundido demasiado, no quiero ni merezco ser su juguete el cual usa cuando está aburrido.

Termino de lavar mis dientes y salgo del baño, tomo mi celular para enviarle un mensaje a Valeria para saber su opinión, al tenerlo en mis manos veo que Damián me envió un mensaje.

¿Cómo consiguió mi número?

Mis manos se humedecen por el sudor que han causado los nervios, limpio las palmas en mi pijama azul con corazones.

Hola Nel, hoy hable con Lalo y está de acuerdo en que te conquiste, así que me gustaría que saliéramos, me iré de viaje unos días por motivo de trabajo, pero regreso pronto y espero poder verte, te mando un beso, descansa bonita.

Mi corazón se acelera al leer sus palabras, sin embargo al mismo tiempo pienso que él está esperando que cuando él truene los dedos a sus órdenes estaré y se equivoca, no estaré contando estrellas mientras se decide a tener algo conmigo.

Ignoro su mensaje y termino apagando mi celular para evitar la tentación de responderle, enciendo la computadora para investigar sobre el tema de la exposición, no puedo hacer tarea sin poner música, pongo una canción de Alicia Villarreal que tal vez coincida con lo que está sucediendo.

Un rato después me acuesto tratando de dormir.

Abro los ojos asustada cuando miro por la ventana que ya es tarde, hasta que recuerdo que hoy tengo a las 10 am la primera clase, así que tengo chance de desayunar tranquilamente.

Me preparo huevo con jamón acompañado de frijoles y un café, tengo mi celular encima del comedor, sigo sin responderle el mensaje a Damián. De repente empieza a sonar anunciando una nueva llamada tengo miedo ver de quien se trata.

—Bueno —respondo.

—Hola Marinel, soy Tatiana estoy cerca de tu casa ¿Quieres que pase por ti?

No quiero ser sangrona con ella así que mi respuesta es afirmativa.

—Ok, en 5 minutos estoy ahí, bye —cuelgo el teléfono y subo por mis cosas.

Han transcurrido 10 minutos y nada que llega Tatiana, tal vez se arrepintió y me dejó como un árbol bien plantada, agarro mi mochila y salgo de mi casa con rumbo a la parada de autobuses.

Estoy cerrando la puerta cuando escucho detrás de mí el sonido de un auto, volteo y se trata de Tatiana, quien se está bajando de su coche.

—Perdón, surgió algo inesperado, pero ya estoy aquí —me sonríe.

—No hay problema —camino hacia el coche y abro la puerta encontrando en el asiento una rosa roja, la cual tiene un papelito doblado.

Dejo la rosa encima del tablero y ella se sube a su auto encendiéndolo.

—La rosa es para ti, lee el papelito —giro a verla sorprendida.

No quiero creer que es verdad lo que estoy pensando y que esa rosa me la dio Damián.

Agarro la flor y nerviosa abro el papel, encontrando escrito "Nel, quiero otra oportunidad para demostrarte que eres la niña de mis sueños, atentamente: Damián".

Volteo a ver a Tatiana y ésta tiene una gran sonrisa en su rostro.

—Es un lindo detalle de Damián, ¿No crees? —comienza a avanzar el vehículo con camino a la universidad.

—Yo no soy un juguete al cual se le da cuerda cada que tiene ganas de jugar, él tuvo su oportunidad y no la aprovecho, así que ni modo —rompo el papel en cuatro partes y los guardo en mi mochila.

—Pero, él está arrepentido y yo te aseguro que no quiere jugar contigo —suspira girando a la derecha.

Tatiana según quiere que seamos amigas y me traiciona a la primera oportunidad.

—Dile que no me interesa darle una oportunidad y que me deje en paz, por favor —respondo bajándome del coche sin darle la oportunidad de hablar.

No voy a negar que el que me haya dado esta rosa remueve sentimientos que quiero olvidar y es mejor no sentir para no sufrir como en años anteriores.


Rosas para MarinelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora