Capítulo 3

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Han pasado varios días desde la última vez que mire a Damián y extraño verlo.

Hoy es miércoles y estoy esperando que me entreguen el examen de matemáticas para saber si saqué una buena calificación para poder seguir insistiéndole a mi mamá.

—Uribe Navarrete Marinel pasa por tu examen —me habla el profesor.

Nerviosa me levanto de mi asiento y al llegar al escritorio, el maestro me felicita. Regreso a mi lugar sin mirar la calificación.

—¿Qué te sacaste en el examen? —me pregunta Esteban acomodando sus lentes.

Tomo un respiro profundo y volteo el examen.

¡Lo logre! no sé como, pero me saque un 9 y eso significa que tal vez haya una posibilidad de que mi mamá me inscriba al patinaje, que emoción siento.

Son las 6 de la tarde y escucho la puerta de la casa ser cerrada. Dejo de jugar en la computadora y corro a recibirla. Mi madre trae consigo bolsas con comida, la cocina se llena de aroma a hamburguesas.

—Mamita chula que bueno que llegaste —la abrazo por la espalda.

—¿Qué quieres Nel? esa muestra de cariño significa una sóla cosa y es que quieres algo —responde mi madre divertida.

Que bien me conoce.

—Hoy me entregaron la calificación del examen de matemáticas y es un 9.

—Felicidades hija, ¿En dónde está Lalo? —camina hacia la sala.

Le respondo que fue a hacer una tarea en equipo a casa de un compañero. Así que estamos las dos solas comiendo y al terminar mientras le ayudo a recoger el comedor le suelto la bomba.

—Mamá quiero pedirte de nuevo que por favor me dejes inscribir en clase de patinaje, saqué una buena calificación —le pido guardando los vasos en la alacena.

—Marinel ya hemos hablado sobre ésto, no seas terca.

Cabizbaja subo a mi habitación encerrándome con llave, no quiero que nadie me moleste. Colocó música y me acuesto en mi cama abrazando a Toby.

**

¡No puedo creer la noticia que mi madre me ha dado! Hoy después de que ella paso por mi a la escuela me dio la mejor noticia que yo podría esperar.

Ella me ha inscrito al patinaje, al parecer se ha puesto de acuerdo con la mamá de Valeria y mi amiga también irá. Tengo ganas de gritar y saltar como una loca.

No sé que ropa ponerme, abro mi armario y elijo una camiseta blanca de manga larga y un pans morado de terciopelo, me hago una media coleta, lo bueno de tener mi cabello lacio y a la altura de los hombros es que casi no tardo en peinarme.

Norma, la mamá de Valeria está fuera de la casa sonando el claxon de su camioneta. Emocionada agarro mi mochila y doy un pequeño grito antes de cerrar la puerta.

Cuando llegamos a la pista siento mis manos sudar por los nervios de que veré a Damián.

—Estoy sudando —le digo a Valeria tomando su mano para que sienta la humedad, hace una mueca de asco.

—Controlate Nel, todavía ni entramos. No te vayas a desmayar en cuanto lo veas —dice Valeria haciendo una coleta en su cabello oscuro.

Nos despedimos de su mamá quien quedo en pasar por nosotras en 1 hora.

Al entrar a la pista de patinaje obviamente veo a varias personas patinando, desde niños hasta adultos, algunos solos y otros en parejas, pero no logro ver a Damián.

Rosas para MarinelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora