Capítulo 10

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Llegamos a la entrada del salón y se pone frente a mí, por dentro siento miles de emociones a la vez, pero tengo que tranquilizarme; no funciona ya que él toma mi mano y mis latidos se elevan pareciera que corrí un maratón.

—Hermosa, nos conocemos desde hace cuatro años, desde ese momento me caes muy bien y las tardes que pasamos juntos patinando fueron geniales, aunque te confieso que cuando me robaste el beso me saqué bastante de onda y estuve muy confundido, porque tú eres la hermanita de mi mejor amigo, pero...

Lo interrumpe una chica que se acerca a saludarlo le da un beso en la mejilla y así como apareció se fue.

—¿Me decías? —le digo esperando que continué antes de que lo interrumpan de nuevo y me deje a medias.

—Hoy quiero confesarte que me gustas mucho y desde ese beso siento algo por ti, tarde tiempo en darme cuenta —me da una sonrisa que me hace suspirar.

No puedo creer lo que estoy escuchando, tal parece que mi sueño se está haciendo realidad. Trato de tranquilizarme y aclaro mi garganta.

—Tú siempre has sabido lo que yo siento por ti desde que te conocí. Ahí en la cocina de mi casa; no fui disimulada, se podría decir que fue amor a primera vista, puedes pensar que es tonto, pero es la verdad —toma mi mano entre las suyas.

Trata de hablar pero le pido que se calle.

—Cuando regresaste a mi casa y te vi con ella me rompiste el corazón, ahora entiendo que no era nuestro momento. Es mi turno de confesarte algo —trago saliva—. Ese día cuando dije que me sentía mal y me fui a mi habitación, tome las rosas que me regalaste y las arroje al bote de basura, pero me arrepentí minutos después y todavía las tengo.

Sonríe ante mis palabras y acaricia suavemente mi mano.

—Sé que el verme con Lorena te lastimó y no fue mi intención, ella es una chica agradable, pero no se dieron las cosas entre nosotros. Como ya te dije me gustas Nel, quiero que me des la oportunidad de conocernos y si funciona llegar a ser algo más ¿Quieres? —su sonrisa es encantadora.

Siento las famosas mariposas en el estómago al oír al chico de mis sueños confesarme su amor, vuelvo a tener 14 años.

—Me encantaría salir contigo, ¿sabes que es lo que más me gustaría en este momento? —siento mis mejillas sonrojadas, seguramente parecen unas manzanas.

El niega.

—Quiero que me beses —confieso tímidamente tratando de sonar segura, aunque por dentro estoy temblando como una gelatina.

Damián no oculta la sorpresa al escucharme, agarra un mechón de mi pelo y lo acomoda detrás de mi oreja, se acerca más a mí.

—He soñado tanto con volver a sentir tus labios, ese momento no lo disfrute como hoy quiero hacerlo, cierra los ojos —susurra en mi oído y yo entreabro mi boca.

Mi piel se eriza. Le hago caso cerrando mis ojos, sus manos se ubican en mi cintura, su aliento toca mi boca y segundos después sus labios rozan los míos antes de darme un beso que comienza lento y poco a poco se va profundizando, mi lengua toca la suya tímidamente.

Yo me siento en las nubes y agradezco el tener experiencia en los besos para no ser un desastre, te lo agradezco Óscar hiciste algo bueno.

Es bien sabido que los buenos momentos no duran para siempre y es lo que sucede en esta ocasión.

—¡¿Qué significa esto?! —se escucha una voz, pero no puedo reconocerla debido a la música tan fuerte.

Damián se separa de mí rápidamente, volteo encontrándome con mi hermano quien está rojo de coraje y dando grandes zancadas para llegar a nosotros, se pone frente a frente a Damián y le da un empujón.

Rosas para MarinelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora