10. Nσ ԋαყ Nαԃα Mҽʝσɾ

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Joaquín inhaló profundamente, intentando regular un poco la sorpresa de tener a Kenny saludándolo cómo "papi".

Por su parte, Emilio también se encontraba completamente ruborizado. Él sabía a la perfección que su hija solía tener una personalidad bastante especial, la que en los últimos meses se había visto potenciada al tener que convivir con su "tío Polo". Sin embargo, no dejaba de ser algo incómodo para él, el tener que presenciar cómo su niña se burlaba con tanta confianza de su novio.

- Hola Kenny...- una vez que la niña y su padre ingresaron al departamento, Joaquín se atrevió a saludar, sin tener aún la menor idea de que más decir.

- Cariño, ¿no quieres ir a ver televisión mientras Joaquín y yo vemos que prepararemos para comer? - el oji-café sugería con bastante nerviosismo a su niña.

- Claro...- Kenny respondía mientras sonreía ampliamente, cómo si la incomodidad de la pareja le causara demasiada gracia.

- Cariño, siéntete cómoda de ver y pedir lo que quieras...-  Joaquín le dió una tierna sonrisa a la niña, y un segundo después con un leve movimiento de cabeza le indicó a Emilio que lo siguiera hasta la cocina.

El rizado le sonrió a su pequeña con los labios apretados, y rápidamente siguió los pasos del castaño. Al entrar a la cocina, se encontró con la imagen de Joaquín, quién lo esperaba con sus brazos apoyados en la cadera, y con un gesto serio.

- ¿Es enserio Emilio?... ¿No creíste prudente avisarme que venías con Kenny?

- Lo siento mucho amor... Yo quería darte una sorpresa - el menor mordía sus labios en tanto su vista caía al piso con algo de nostalgia.

Joaquín dió un suspiro. Que terrible se sentía el hacer sentir mal a su amado. Se acercó lentamente, mientras su gesto se suavizaba; abrazó a Emilio por el cuello y le dió un suave beso, que los hizo sonreír a ambos.

- Vaya que si me sorprendiste...- Joaquín dejó que su nariz rozara la del menor en reiteradas ocasiones - no pensé que fueras a hablarle de lo nuestro tan rápido

- En realidad, bonito... Yo no le he dicho nada - Emilio sonrió mientras llevaba sus manos a la cintura del ojimiel.

- ¿Y entonces? - Joaquín frunció el ceño levemente.

- Fué ella quién directamente me preguntó, más bien, afirmó que tú y yo estábamos enamorados...- el oji-café sonrió haciendo que sus hoyuelos se marcaran profundamente.

- Oh, vaya... Kenny es realmente astuta, y la verdad amor, no se parece en nada a tí...- el castaño mencionó con simpatía, pero su sonrisa pareció esfumarse al ver que la mirada de Emilio caía al piso con nostalgia. - lo siento cariño, yo... Yo no quise decir eso, me refiero a que tienen personalidades muy diferentes

Emilio guardó silencio por largos segundos, en los que buscaba las palabras adecuadas para confesarle a Joaquín uno de sus mayores miedos.

- Es algo que yo he pensado mucho Joaquín... Kenny irradia alegría, es tan inteligente y dulce a la vez, y yo sé que esa forma de ser... Y en realidad nada de ella, viene de mí. Pero tampoco viene de Seidy; ella no se parece a su madre - el menor alzó la vista y soltó un fuerte suspiro - realmente no quiero hacerlo, pero se me hace imposible no pensar, no imaginar de quién heredó su carácter, y entonces me dá miedo que ese hombre un día aparezca y quiera quitármela... Y quizás Kenny descubra que si hay alguien que es cómo ella, más divertido, más astuto... Y quiera irse de mi lado

Joaquín pareció enmudecer. Las últimas amenazas de Seidy, de pronto golpearon su cabeza. La rizada mencionó tener contacto con el padre de Kenny y además dijo que era alguien que estaba ansioso por cumplir con su rol de padre con ella. Entonces las ideas y miedos de Emilio no eran algo lejano ni tan imposible, aquel sujeto podía aparecer en sus vidas si Seidy se lo proponía.

El Tiempo En Tu Alma // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora