33. Uɳ Mαʅ Sυҽñσ

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Había pasado cerca de 1 hora luego de que Joaquín pudiera al fin romper las esposas de Emilio. Y aunque toda la situación fué bastante estresante en el momento, aún seguían desnudos y besándose sobre la cama; ya que el mayor sugirió que un "cambio de roles" los ayudaría mucho a aliviar la tensión.

- Oh Dios Emilio, creo que necesitarás cargarme hasta la ducha...- Joaquín aún jadeaba con fuerza intentando buscar todo el aire que se le había escapado minutos atrás.

Emilio sonrió algo complacido, mientras miraba con ternura el rostro del ojimiel. El menor continuaba acariciando y besando suavemente el pecho y abdomen de su novio.

- Lo siento amor, pero en mi defensa tú fuste el que sugirió que hiciéramos... bueno, tú sabes... eso-

Joaquín soltó una estrepitosa carcajada, mientras que con una mano cubría su rostros.

- Tranquilo bebé, no me estoy quejando en lo absoluto. Y sé que yo fuí quién sugirió hacer "eso"- Joaquín hizo el gesto de comillas con sus dedos, mientras continuaba riendo - y no me arrepiento de nada-

Luego de su pequeña platica, ambos fueron a tomar un baño, y aprovecharon la instancia para tratar de remover los brazaletes de las esposas que continuaban firmes en las muñecas de Emilio; pero fué inútil.

Al salir, de inmediato se vistieron con ropa cómoda, y a pesar de que era una tarde bastantes cálida, el menor se vió obligado a ponerse un sweater holgado que le ayudara a cubrir sus antebrazos.

Entre discusiones, reconciliaciones, y más reconciliaciones el día se había pasado volando, y ni siquiera se habían tomado el tiempo para comer algo. Así que a penas estuvieron listos, ambos fueron hasta la cocina para preparar algo.

Los momentos así; a solas, eran escasos en el último tiempo, por lo que sin necesidad de tener que enunciarlo, ambos se daban por completo a la tarea de disfrutar al máximo de su compañía.

Joaquín tenía la cualidad de siempre lastimarse ó quemarse mientras cocinaba, además de dejar todo a su paso en un completo caos, pero sin importar aquello, Emilio amaba verlo intentar aprender cosas nuevas sólo para consentirlo.

"A la próxima quedará mucho mejor, cariño" era la frase que Emilio siempre le repetía al ojimiel, cuándo la rabia y la frustración lo llevaban a gritar, "ésta mierda no funciona". Pero sin importar los resultados de lo que fuera que cocinaran, las risas, los besos y los abrazos jamás faltaban.

- ¡Llegamos familia! - la voz de Polo de pronto los sorprendía y los hacía separarse de golpe, ya que sin haberlo notado la preparación de la comida había quedado en segundo plano, y había sido reemplazada por una apasionada escena de besos.

Joaquín tuvo que bajarse de la cubierta de la mesa de la cocina, dónde había ido a parar sin darse cuenta, mientras Emilio lo besaba quedando entre medio de sus piernas.

- Aquí estamos...- Emilio respondió nervioso mientras secaba sus labios con su antebrazo y se separaba de Joaquín, al escuchar a lo lejos también la voz de su hija.

- ¡Papá! - Kenny saludó alegremente mientras corría a los brazos del oji-café.

- Hola cariño, ¿cómo te fué en casa de tu tía?-

- Bien hoy salimos de compras, y ha sido muy divertido... sólo que a Josh lo llamaron urgente de su trabajo y tuvimos que llamar a Polo para que nos recojiera-

- Si, y hemos traído pasteles y helado para la cena...- el ojiazul entraba a la cocina tras los pasos de la niña, trayendo varias bolsas en sus manos y la sonrisa de un niño pequeño pintada en el rostro.

El Tiempo En Tu Alma // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora