- Nuevamente la maldad lograba separar a Joaquín y a Emilio. Pero la verdad era que sin importar el tiempo que transcurriera, ni el miedo ó el dolor por la separación; No existía nada que pudiera menguar su amor.
- La vida y el destino funcionan a v...
Romina entrecerró los ojos cuándo un aparente desconocido tocaba su puerta, y parecía igualmente angustiado y aliviado de verla.
- Soy James... el hijo de Adam, el mayordomo de su padre - el chico se vió en la obligación de presentarse al notar que la castaña no parecía reconocerlo.
- oh James...lo siento, pero es que ha pasado demasiado tiempo sin vernos - Romina se disculpó, pero continuaba algo confusa con la presencia de aquel chico - cuéntame, ¿porqué necesitabas verme?-
- Es mi padre, me ha rogado que la busque a usted ó al señor Emilio, pero ambos se han cambiado de casa en el último tiempo, y lo lamento, pero fué realmente difícil dar con alguno...- James sonaba nervioso, y a cada segundo miraba su celular y por sobre su hombro.
- ¿Adam necesita comunicarse con nosotros?, ¿y porqué no nos ha llamado?... De seguro que tiene nuestros números...- Romina seguía viéndose demasiado intrigada con la presencia de James, y la verdad es que también algo desconfiaba.
- ¿Sucede algo, cariño? - Josh aparecía tras la espalda de su novia, su ceño también estaba fruncido; no era normal recibir visitas a esa hora de la mañana.
- Señorita Romina, mi padre ruega que lo disculpe por no atreverse a llamarla ó buscarla personalmente, pero se trata de algo de vida ó muerte...-
- Explícate por favor...- un mal presentimiento se apoderó del pecho de la castaña.
- Se trata de su padre, él por alguna razón necesita deshacerse de su hermano... y por lo que mi padre ha podido averiguar, se contactó con un hombre, aparentemente un mecánico, a quién le pagó por alterar los frenos del auto de Emilio... lo haría durante ésta madrugada, debe contactarlo ahora mismo...-
- Oh Dios...- Romina cubrió su boca con sus manos antes de comenzar a respirar con dificultad - ¡Josh!, ¡mi celular y las llaves del auto, ahora!-
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Lunes, 7:24 am.
- ¿Estás nerviosa, princesa? - Joaquín sacó una de sus manos del volante para acariciar suavemente el cabello de Kenny, quién no dejaba de mover rápidamente sus piernas.
- Creo que son ansias...quiero llegar pronto y poder ver a Bianca y al resto de mis amigos...- la pequeña buscó los ojos de Joaquín para darle una tierna sonrisa.
- Bueno, para que no estés tan ansiosa, tomaré la carretera y estaremos en menos de 5 minutos allá...- El castaño le dió una última mirada a la niña, y nuevamente fijó su vista en el camino.
