19. Aԋσɾα Tҽ Exƚɾαñσ

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- ¿Es realmente necesario que vayas? - Emilio preguntaba con los ojos iluminados por una sensata tristeza, mientras se abrazaba con fuerza al torso de Joaquín.

Continuaban bajo las sábanas, y llevaban cerca de 30 minutos intentando separarse para poder comenzar con su rutina diaria.

- Amor, es mi trabajo... Claro que es necesario que asista

- Pero es muy lejos, tendrás que conducir por horas, y no te veré en todo el día... Quizás hasta mañana

- Te prometo que haré todo lo posible por llegar ésta noche... Pero si no me dejas salir de la cama pronto, será imposible

- Está bien... Pero por favor, mañana regresa temprano del trabajo

- Si, mañana es viernes y le prometí a Kenny que prepararíamos juntos la cena, y luego tendríamos una noche de películas

- Terminaré poniéndome celoso de mi propia hija...- Emilio señaló haciendo una especie de puchero y por fin se separó del ojimiel, quién después de soltar una carcajada lo besó con ternura en la frente y se puso de pié.

A simple vista podía parecer que Emilio se había convertido en un novio demasiado mimado; pero realmente era algo mucho más complejo que eso.

Habían pasado 3 semanas desde la muerte de Niurka, y desde aquel día Joaquín prácticamente se había mudado a vivir con Emilio al departamento de Polo. Para Kenny y el ojiazul era realmente grata la presencia del castaño, y para el oji-café parecía ser algo indispensable.

Joaquín había comenzado a investigar acerca de ciertas conductas de su novio, y estaba completamente seguro que estaba viviendo lo que los especialistas llaman duelo patológico.

Existen diferentes tipos de duelos y complicaciones psicólogas que se pueden vivir después de una pérdida sensible, y en la mayoría de los casos éstas se dan cuándo la partida del ser querido ha sido demasiado repentina e inesperada, y deja un sentimiento de culpa, y de situaciones sin resolver.

Emilio estaba distraído, y la mayoría del tiempo se veía desanimado; estaba padeciendo de insomnio, crisis de pánico e incluso su apetito había disminuido considerablemente. Evitaba tener conversaciones con sus cercanos, hacía su trabajo diario con desgano, y prefería no tener que salir de casa.

Todo era gris y triste en su día a día, excepto por una cosa; Joaquín. De cierta forma el castaño lograba mejorar considerablemente el ánimo del menor, lo incentivaba a hacer diferentes actividades, y parecía que era el único con la capacidad de hacerlo sonreír.

Al principio para Joaquín aquello resultaba bastante gratificante, y adoraba saber que él podía ayudar a su amado a estar más animado. Sin embargo, al pasar los días, el mayor fué notando que Emilio estaba actuando de una manera demasiado aprensiva con él. No, no le molestaba, pero sin duda le preocupaba mucho verlo angustiarse cada vez que le mencionaba que debía volver a su departamento.

Emilio se había vuelto algo absorbente, y estaba todo el tiempo al pendiente de los horarios y actividades del ojimiel. Al principio, el mayor creía que estaba relacionado con sus celos, pero cuándo comenzó a notar que también habían cambios físicos y en su rutina diaria en general, logró asimilar que algo no andaba bien.

Joaquín se puso en contacto con su terapeuta, Susana; una mujer mayor y muy importante para su vida. Ella había sido la precursora de todos lo cambios del castaño cuándo estuvo sumido en depresión, y fué sin duda parte fundamental de su positivo cambio de vida. No dudó en contarle sobre Emilio, pero a decir verdad, la respuesta que recibió por parte de la mujer, no fué para nada de su agrado.

El Tiempo En Tu Alma // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora