- Ya no estén de calenturrientos, hay niños y personas religiosas cómo yo presentes...- Polo vociferó haciendo que la mayoría de los presentes soltaran una carcajada.
Pero a Emilio y a Joaquín poco les importaron las palabras de Polo; ellos seguían atrapados en una burbuja llena de magia y amor. Sus frentes estaban unidas, mientras se miraban con sus ojos iluminados por la emoción.
- No puedo creer todo ésto Joaco, ¿porqué no me dijiste nada? - Emilio preguntaba con una resplandeciente sonrisa, el sentimiento de felicidad era casi igual al de incredulidad.
- Con Kenny queríamos darte una sorpresa... Ambos sabemos que los últimos días has estado muy triste, y pensamos que ésto podría alegrarte - el mayor respondía mientras continuaba acariciando el rostro del oji-café.
- Estoy muy feliz, bonito... No sabes lo mucho que esperaba que éste día llegara, porque yo sólo quiero estar contigo y mi hija... Toda la vida si es posible - Emilio volvió a besar al castaño, un beso suave y lleno de ternura, pero fué rápidamente interrumpido por unas pequeñas manos que lo jalaban al interior de su nueva casa.
- Papá por favor, los besos pueden esperar... Ven, quiero mostrarte las habitaciones - Kenny al igual que su padre se veía sonriente y emocionada.
Todos ingresaron a la casa, no era realmente un lugar muy grande, pero si muy bello y acogedor. Kenny la escogió entre otras 3 opciones, porque habían parques para salir a jugar y además tenía un hermoso y amplio patio trasero.
Joaquín y Kenny también habían preparado una pequeña celebración, con varias cosas para comer y beber, pero el pastel que habían preparado la noche anterior era sin duda lo que más destacaba en la mesa.
Emilio visitó las tres habitaciones de su nuevo hogar en un pequeño recorrido que le hizo su hija. Aún se sentía realmente sorprendido, y le costaba creer que aquello no era un hermoso sueño.
Cuándo el oji-café volvió a lo que era el comedor principal de la casa, todos estaban allí esperándolos sonrientes y con ganas de abrazarlo y brindarle sus buenos deseos en su nuevo hogar; bueno, casi todos.
Obviamente el primero en acercarse a Emilio otra vez fué Joaquín; lo envolvió en un abrazo, sintiéndose tan feliz al poder ver la alegría nuevamente en el rostro de su novio. Eso era todo lo que esperaba, y aparentemente lo había conseguido.
- ¿Te ha gustado el lugar? - el castaño preguntó en un murmullo.
- Es hermoso, amor... Dime, ¿cómo lo conseguiste?
- Ya habrá tiempo para hablar de eso, ¿viste nuestra habitación?, ¿te gustó?
- Todo es perfecto Joaco, sólo hay algo que me preocupa...-
- ¿Qué? - Joaquín preguntó frunciendo el ceño.
- ¿No te molesta que Kenny se haya quedado con la habitación más grande?, es que a veces puede ser algo... Caprichosa
- Claro que no... Ella se ganó el derecho a elegir por ayudarme en todo ésto - Joaquín sonrió ampliamente antes de fingir molestia - y no quiero que le digas caprichosa a mi princesa, ¿oíste?
Ambos rieron y volvieron a besarse, es que simplemente era inevitable, todo se sentía tan correcto, tan perfecto en aquel instante.
- Cuñado por favor, podrías dejar que yo también abrace a mi hermanito... Hoy Kenny se irá conmigo y Josh, así que ya tendrán tiempo para inaugurar la casa a su manera
Romina también se acercaba sonriente; para ella las últimas semanas también habían sido muy duras, incluso mucho más que para Emilio aunque no pudiera demostrarlo, sin embargo el ver a su hermano tan feliz la ayudaba mucho a sentirse mejor.
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El Tiempo En Tu Alma // Adaptación Emiliaco
Fanfic- Nuevamente la maldad lograba separar a Joaquín y a Emilio. Pero la verdad era que sin importar el tiempo que transcurriera, ni el miedo ó el dolor por la separación; No existía nada que pudiera menguar su amor. - La vida y el destino funcionan a v...