capítulo cinco

390 59 19
                                    

12 de noviembre 1949
Cuando comenzó.

*

Al llegar la mañana, Taehyung comenzó a colocarse el alba y amarro el cíngulo a su cadera. Lavó su rostro y una vez peinó sus cabellos negros, tomó la estola y dejo que cayera sobre su hombro. Esta vez no usaría la casulla, era algo complicado moverse al sentir el peso de las telas en el cuerpo.

Su propia casa era algo pequeña, vivía además muy cerca de la iglesia así que solo le tomo unos minutos llegar y entrar por el portón trasero. El jardinero lo saludo en el camino y el le sonrió, amaba ver los rosales florecer con tanta belleza y el hombre se encargaba de que todo estuviera bien hidratado y cortado.

Espero paciente mientras limpiaba a los santos y ordenaba los símbolos para la oración, una capa de polvo llegó a sus ojos y lo hizo lagrimear. Se rió entonces, porque hace algunas noches no se habría percatado de cuan descuidado había dejado su segunda casa y se arrepentía de todo lo que había hecho. Más no lo meditó, siguió sacudiendo y apilando los textos. Ya había corregido sus pensamientos y aclarado su situación con el joven Jungkook, al menos eso era lo que él pensaba.

— ¿Padre, debo ya abrir la iglesia? — hablo el jardinero haciéndolo dar un respingo — Dan diez para las siete.

— Oh, pero si ha pasado la hora muy rápido. Déjeme ayudarlo.

Ambos hombres se colocaron en cada una de las grandes puertas y tiraron de ellas, el chirrido resonó e hizo un eco estremecedor antes de dejar entrar los primeros rayos del sol. Taehyung se aseguró de anotar mentalmente comprar un poco de aceite, las bisagras se oían desgastadas.

— Buenos días.

Al mirar al frente, Jungkook se encontraba sonriendo. Noto las manos en sus bolsillos y lo sencillo de sus ropas, un simple pantalón negro y la camisa blanca que se cernía a su pecho. A su lado, el jardinero dió una reverencia y camino fuera de la iglesia no sin antes devolver el saludo al muchacho de cabello pintado. Jungkook no aparto sus ojos de el al dar otra paso.

— Buenos días, joven Jeon. Me alegra que sea puntual.

— Quiero poner de mi parte, padre. Esperemos logré algo — ladeó la cabeza y sonrió. — Así que... ¿qué tiene preparado?

Dando media vuelta, Taehyung comenzó a caminar hacia el pequeño cuarto que usaba como almacén y que estaba a un lado del altar, de forma implícita Jungkook lo siguió.

— Solo por hoy, iniciaremos con algo pequeño — musitó al buscar entre los estantes — Me ayudarás a recibir a los feligres y a dar la misa de hoy. ¿Estás de acuerdo?

— Realmente no, pero ya no puedo negarme.

Taehyung rio y se dió la vuelta.

— Ten, ponte esto y ven conmigo cuando estés listo. Esperaré afuera.

— Claro.

El pastor cerro la puerta detrás de el y Jungkook quedó solo en el almacén, dejo las telas en una cómoda y las observo una por una. Bien, sería favorable solo colocarlas por encima de su propia ropa.

Había un espejo de cuerpo completo en una esquina del cuarto, camino hacia el y se observo una vez se vistió. La ropa a sus ojos era algo ñoña y no cambiaría esa idea ni siquiera al ver cómo en el hombre afuera esas telas lo hacían lucir tan jovial.

Jardín de Amapolas  敌人  kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora