capitulo dos

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Una vez termino de recitar el credo, Taehyung alzó las manos y dibujo una cruz al viento. De forma monótona los pueblerinos comenzaron a levantarse y formar una columna frente al padre, algunos llevaban a la altura del pecho una vela encendida.

— Bendiciones, bendiciones... Vayan en paz.

Termino despidiendo a la mayoría y poco a poco se redujo a uno que otro anciano admirando los cuadros de los distintos santos de la iglesia. Taehyung suspiro y comenzó a quitar su túnica y parte de los listones atados a su cadera, quedando solo en unos pantalones de pinza marrones y su camisa blanca alisada. Guardo todo en el pequeño cuarto a la derecha del altar y se encamino a despedir a los últimos peregrinos.

— Joven Kim, me gustaría hablar con usted un momento, por favor.

— Claro, señora Jeon — el muchacho le brindo una sonrisa y camino junto a la mujer de traje inglés, saliendo de la iglesia. — ¿A qué se debe su preocupación? ¿Que la aflige?

—Es mi hijo, mi único muchacho que aún no logra encaminarse — ella suelta un agotado suspiro — En las últimas semanas se ha vuelto un muchachito rebelde y desconsiderado, casi no come a sus horas y pasa la mayor parte del tiempo con unos chicos de mal vivir del pueblo.

Taehyung frunció el entrecejo.

—Entiendo, ¿Usted a intentado entablar una plática con su hijo? Quizá su padre debería intervenir.

—Mi esposo falleció en la guerra, joven Kim — Taehyung colocó una mano en la espalda de la mujer, brindando su apoyo —Soy todo lo que tiene en este pequeño pueblo.

Era un total golpe en el estómago recordar los sucesos de la anterior guerra, el país aún se iba recuperando de los estragos de aquella masacre y en Taehyung causaba escalofríos solo recordar todas las perdidas humanas y los niños que quedaron huérfanos. Muchos de los hombres de las otras aldeas de los alrededores tuvieron que partir para defender las tierras y a sus mujeres, pero lamentablemente hubo varios que no lograron regresar.

—Mi más sentido pésame, señora Jeon — la mujer le dió una palmadita en la mano y sonrió brevemente. — Respecto a su hijo, no podría aconsejar más, solo tenga paciencia con el muchacho y sepa entenderlo. Es difícil, en especial a cierta edad, pero no hay que perder la fe.

—Muchas gracias, padre. Me llena de alivio recibir su apoyo.

—No es nada, su hijo es bienvenido en la casa de Dios y puede enviarlo directo a mi si desea alguna clase en particular. Podría comenzar a guiar al joven y encaminarlo, hacerlo un hombre de bien.— Taehyung le sonrió.

—Tenga por seguro que mi pequeño se presentará mañana a primera hora, ¿Estaría bien para usted?

—¡Claro! Me encantaría que me ayudara con los niños del orfanato, les encantará conocer una cara nueva.

Cuando por fin estuvo en casa, Taehyung se permitió dar un largo suspiro y camino directo al baño. Ansiaba darse una ducha luego de tan ajetreado día, tenía muchas cosas en las que pensar y con la llegada del otoño se vería en la obligación de participar de la feria del pueblo. Usualmente, era la hija del intendente quien se encargaba de todo pero debido a sus estudios Taehyung había sido dejado a cargo.

—Claro, como hijo de Dios no puedo decir que no ni quedar mal con el que mantiene la iglesia —dice quejumbroso.

No había dejado de cuestionar el por qué aquel muchacho no había asistido a misa, no era inusual que algún pueblerino no asistiera pero aún así era extraño. Ningún muchacho había pasado desapercibido a sus ojos, casi podía asegurar reconocer las caras de todos los creyentes que iban sin falta a la iglesia y ese chico no estaba en su larga lista.

Jardín de Amapolas  敌人  kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora