22. SIGUEN VIVOS

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Septiembre 15.

Hoy es mi cumpleaños.

Mis padres organizaron una fiesta en el jardín de nuestro hogar. Para cuando escribo esto, los invitados aún están llegando y yo estoy en mi habitación.

Ahora no siento emoción ni alegría de cumplir un año más de vida, en realidad, me es solamente un día común y corriente como lo será mañana y como lo fue ayer.

Mamá mandó a por mí hace más de treinta minutos, pero no he querido ir porque no quiero verme obligado a sonreír. Mi mandíbula duele cuando lo hago y no soy alguien a quien le guste la hipocresía, sin embargo, mamá ya me ha visto por la ventana y ahora viene hacia acá.

La fiesta finalmente terminó. Fue un alivio que no se me haya obligado a participar en las actividades físicas que las tías organizaron como mero entretenimiento, pero, no pude evitar sentir opresiones en el estómago cuando _____ aceptó jugar a las carreras con Minho.

Durante la comida y gran parte de la celebración, le pedí a Yeji que le dijera a _____ se mantuviera a mi lado. No podía darme el lujo de que volviera a colapsar gracias al enérgico de mi hermano mayor y afortunadamente, _____ no se negó.

Para cuando fue turno de que los Hwang se despidieran, mi pecho se hundió y tuve la necesidad de decirles que debían quedarse más tiempo, pero mis palabras no salieron.

La última en despedirse de mí fue _____. Noté sus mejillas rojas y su sonrisa temblaba frente a mí. Su mamá le dio un empujón y terminó abrazándome.

Sentí una corriente extraña en mi cuerpo, que se expandió por mi espalda. Mis manos hormiguearon y mi corazón comenzó a alborotarse.

_____ susurró un feliz cumpleaños en mi oído y cuando se alejó, depositó sobre mi palma, uno de sus aretes favoritos. Ella sólo mencionó que le gustaría llenar de tesoros a su ser más preciado.

NOTA: PREGUNTARLE A SUZY QUÉ SIGNIFICA ESO.

*****

—¿Segura que no es una novela erótica lo que estás leyendo?

Levanté la mirada, cerrando rápidamente el libro. Changbin se encontraba sorprendido por mi acción y luego simplemente rió, sentándose frente a mí.

—Estás chapeada, por eso lo digo —señaló.

Carraspeé la garganta, llevando discretamente mi mano a la mejilla, que efectivamente, estaba caliente. Recorrí el amplio jardín con detenimiento, disfrutando de la calma en busca de evadir esa pequeña incomodidad.

Durante las últimas dos semanas, las cosas se volvieron extrañamente tranquilas. El mundo pareció dejar de rodar en su máxima velocidad justo después de haber besado a Yeonjun. Ambos hablamos de ello; dejamos claro que no estábamos dispuestos a iniciar una relación sin sentimientos de por medio y que ese beso fue simplemente un ejercicio para confirmar que yo sigo enamorada de Felix y por otro lado, que Yeonjun sí es bisexual. Claro, nuestra amistad continúa y él me dijo que estaba dispuesto a ayudarme si así lo quería.

Mis sentimientos se regularon en el momento que me solté a llorar como Magdalena esa noche, saqué absolutamente todo lo que tenía dentro y decidí quedarme solamente con esos lindos recuerdos, sin embargo, mi ambición no me permitió interrumpir mi investigación sobre el trauma de Felix. A pesar de amarlo y odiarlo, tengo la necesidad de querer ayudarlo, por eso, días después de destruirme en el mundo del alcohol, retomé con calma el análisis del diario.

MANNEQUIN || LEE FELIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora