25. EMPEZAR DE NUEVO

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Después de juntarnos con los Lee, mis padres hablaron conmigo por separado y en privado. Querían asegurarse de lo que estaba haciendo y de lo que sentía en ese momento.

Les dejé en claro que a pesar de todo, yo no había dejado de amar a Felix, les planteé la opción de hacerlo todo difícil como en los dramas televisivos y por supuesto, concordaron conmigo en que era mejor hacerle caso a mis sentimientos e instintos y no a lo supuestamente justo, es decir, lastimar a Felix, pagándole con la misma moneda, mientras yo me lastimo en el proceso.

Lix y yo hablamos por la noche. Me dijo que no podría acompañarme en las clases debido a que el semestre se lo dieron por perdido al salirse de la escuela, independientemente de que la razón haya sido por mero asunto de salud. Él se sobrepasó del límite de ausencias y eso fue suficiente para negarle la oportunidad. No obstante, le plantearon que la única manera de ponerse al corriente con el resto del curso, era tomando el examen extraordinario de todas las materias, así que con ello como única la única solución, Felix y yo, planeamos nuestras nuevas tardes ocupadas, dónde yo me convertía en su tutora.

****

Fue hermoso despertar al día siguiente, sin tener ese sentimiento de vacío que venía matándome en los últimos meses.

Me preparé para la escuela como todos los días y bajé al desayuno. Todos estaban en la mesa. Como era de esperarse, sus ojos puestos en mi persona. Les sonreí a todos y sin esperar a sus palabras, comencé a comer.

Sabía que ellos tenían sentimientos encontrados por mi decisión con Felix y con el mismo Felix. Ellos decían que estaba mal por haberlo aceptarlo de nuevo, cuando sufrí por su culpa durante meses enteros. Y aunque estaban en lo correcto, no eran capaces de entenderme porque no tuvieron la vista completa del panorama donde yo también me volví villana y lo lastimé. Sin embargo, era básicamente imposible hacerles ver aquello, debido a que –como mis familiares–, ellos solamente me verían como la víctima y no como agresora.

Hyunjin y yo, nos despedimos de todos y partimos camino a la universidad. Me parecía curiosa la manera en la que todos reaccionarían ante el regreso de Felix, porque era obvio que muchos de ellos lo vieron en la fiesta de Bin.

—¿Irán a su casa? —cuestionó Jinnie.

—Nope, estudiaremos en la biblioteca.

Hyunjin ladeó la cabeza, frunciendo el ceño en obvia confusión por ello. Le pareció raro ya que la confianza entre familias era enorme como para evitar juntarnos en alguna de las casas contrarias.

—Lo dijimos, vamos a hacer las cosas bien, aunque él ya los conozca y yo ya conozca a su familia, primero saldremos como la gente normal, ahora mismo somos amigos, antes éramos prometidos —expliqué.

Los labios de mi hermano fueron mordidos por él mismo, fallando luego, en el intento de contener una risa.

—Lo siento, lo siento —dijo, rápidamente—. Es que... Ustedes son increíbles —volvió a reír.

Parpadeé ante su reacción, completamente ofendida. Le golpeé en el brazo y antes de comenzara a llorar, el auto se detuvo frente a nuestro destino. Nos despedimos del señor chófer y nos adentramos a la institución.

Hyunjin decidió acompañarme hasta mi aula, según el como prevención de situaciones incómodas. En un principio lo tomé absurdo, sin embargo, las miradas comenzaron a ser muy duras y entonces agradecí su compañía, pues nadie se atrevería a atacarme con preguntas, mientras mi hermano estuviera presente. Fue entonces, también que agradecí que Hyunjin tuviera fama de ser un matón cuando se trataba de defenderme.

—¡_____!

Detuve mis pasos, viendo al castaño sonriente acercándose a mí. Saludó a Hyunjin con un choque de puños y a mí con un beso en la mejilla. Yeonjun se veía reluciente, tan lindo como el primer día. Mi hermano decidió dejarme bajo la protección del chico y terminó yéndose dirección a su clase.

MANNEQUIN || LEE FELIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora