VII. Malos entendidos

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Bleib, baby, bleib, baby
Geh nicht wieder weg
Bleib, baby, bleib, baby
Geh nicht wieder weg
Una máquina de pensar en ti
Eso es lo que soy, lo que siempre fui

Leonardo estaba sentado junto a Nando en el comedor comunitario, los dos comían junto a otras familias "chilaquiles": trozos de tortilla frita bañada en salsa de tomate y chile verde, crema y queso.

Era una de las comidas favoritas del menor, pero por una extraña razón lo único que le provocaba en ese momento, más allá del hambre, eran náuseas. Así que jugaba con su comida como si de monstruo se tratará.

Nando observo esto, y bufó. Azotó su cuchara contra el plato logrando que Leonardo lo miraran confundido.

-¿Ahora qué traes, pendejo?- cuestionó Nando, frunciendo su entrecejo.

-Solo estoy muy cansado, es todo- murmuró el menor alejando su plato de él.

Nando lo miro analizando sus facciones, lo conocía demasiado bien y más allá de molestarlo como buen hermano mayor, se preocupaba por él.
Se acercó hasta su hermano y le dió un golpe en la nuca.

Sabes que me está matando esta espera cruel
Y la resignación es un deseo sin piel
Y cada día llora algo muy dentro de mí
No hay forma lógica de hacer mi vida sin ti

-¡Eso duele mamón!- exclamó Leonardo sobando la zona golpeada en su cabeza, y mirando de mala gana a Nando.

-¡Te conozco chisguete! Esa cara no es por nada- el chico insistió provocando que el menor solo suspirara.

Minutos antes había visto a Kubo demasiado cercano a uno de esos chicos nuevos, que habían llegado con Valentina y las hermanas de Mirabel. No pudo evitar sentirse mal, después de la interacción del suéter Kubo parecía evitar al moreno, logrando un dolor desconcertado a Leonardo.

Y aunque me haga la invencible
Lo fatal, lo imprescindible
Es que vuelvas a mí, vuelvas a mí, vuelve

Las misiones los mantenían alejados, apenas hablaban y cuando era su turno de entrenar el pelinegro parecía mantener su atención en otras personas. Leonardo aún no entendía el porqué de sus sentimientos, de alguna manera sentía celos de la atención del pelinegro hacia las otras personas, y sumado a eso, se sentía peor cuando lo evitaba.

Quería iniciar una amistad, amistad que ahora parecía demasiado lejana para ambos.

El dolor es sofocante
Y ahora todo lo importante
Es que vuelvas a mí, vuelvas a mí, vuelve
No me tortures así

-No es nada, en serio- insistió.

-¿Problemas en el paraíso con Valentina?- su hermano le dio un bocado a su bolillo.

Leonardo se sintió peor aún, no había estado últimamente con Valentina porque su atención estaba en las misiones y en el pelinegro. Y cuando la chica intentaba acercarse al moreno, este reaccionaba diciendo alguna mentira como: estoy cansado, tengo una misión, voy a entrenar, etc.

El moreno sabía que eso no era justificación, porque se autoconvencia de que si era así, y sabía que Valentina le daría su espacio. Pero no podía evitar mantener en sus pensamientos a Kubo.

The Crown (Higuel/Kuban/Marckyle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora