VI. Pequeños Recuerdos

180 18 37
                                    

Las paredes blancas estabas manchadas de sangre, roja y espesa. Los gritos de la persona sobre la silla eran desgarradores, y daban un escalofrío al escucharlos.

Todos los niños estaban en una fila para poder entrar al mismo sitio donde estaba aquella escena.

Xochitl y Socorro eran de las últimas, pero con el grito de la persona que estaba adentro era más que evidente que no se podía esperar nada bueno.

La niña tomó de la mano a Xochitl, y la miró con miedo mientras que la morena sólo opto por sonreír para que la menor no sintiera más pánico.

Los guardias vigilaban la fila se niños y jóvenes, del amplio cuarto salió una mujer de aspecto viejo y delgado, tenía una bata blanca salpicada de sangre roja. Además de lentes negros sobre sus ojos y guantes de platico del mismo color, tenía entre sus manos papeles.

Observo de mala gana esto y después alzó su vista.

-Miranda Hernandez- grito la mujer y observo la fila de niños.

Todos la miraron con horror, pero ninguno se movió de su lugar. La mujer miro a los guardias, los cuales recorrieron de extremo a extremo la fila de niños, uno de los guardias se detuvo casi a la mitad de la fila, y se inclinó sobre sus rodillas frente a una niña delgada, pelirroja y pecosa.

-Tú- dijo el hombre y tomó del brazo a la niña -Ella es Miranda- la aventó dentro del cuarto blanco, mientras la niña lloraba.

-¡Por favor, sueltenme. Se lo suplicó!- grito la niña entre llanto.

La mujer la miró agobiada, y después al guardia.

-Ella será difícil de manejar, entra y amarrala- la mujer le abrió el paso al hombre.

El caballero entró, la niña seguía llorando y gritaron por piedad. Suplicando por su libertad, la niña fue golpeada bruscamente por el guardia, mientras todos afuera escuchaban los golpes, gritos y súplicas.

La mujer entró después de eso, y al poco tiempo gritos similares eran escuchados. La sangre siguió salpicando las paredes, ropa y hasta la puerta del lugar llenando de pánico a todos.

-Voy a morir- susurro Socorro mirando la puerta, mientras de fondo se escuchaban los gritos de la niña.

Xochitl la miro, y tomó entre sus manos el rostro de la menor, después negó.

-¡No digas eso! Vamos a salir de esta, te lo prometo- susurro en regañó la morena, pero Socorro parecía no tener esperanza para ese momento.

Los gritos de la niña cesaron, y en su lugar el sonido de una cierra y una aspiradora se hicieron presentes, demostrando que dentro de poco otro niño entraría.

La misma mujer volvió a salir, e imito sus mismos actos, leyendo el nombre del siguiente niño:

-Socorro Rivera- mencionó la mujer sin mucho interés.

La pequeña mencionada sintió su cuerpo congelarse, Xochitl la miro con miedo.

Uno de los guardias tomó a Socorro por la cintura mientras que Xochitl agarraba con fuerza las manos de la niña.

-¡Por favor no, se lo suplicó ella no, llevemente a mi, se lo suplicó por favor!- pedía la morena mientras jalaba a Socorro.

La menor gritaba de igual manera, suplicando por su libertad. Otro guardia se acercó hasta Socorro y jalo de ella para llevarla.

-¡Por favor no!- grito Xochitl.

-¡Ayúdame, suelteme por favor se lo suplicó!- grito Socorro mientras los dos hombres la llevaban a rastras hasta el cuarto blanco.

The Crown (Higuel/Kuban/Marckyle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora