VIII. Reencuentro

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Tres días habían pasado desde el momento en que Leonardo supo su verdadera sexualidad, tres días desde que Kubo, Hiro, Marco y Nando tuvieron que dejar el campamento para hacer un gran golpe contra Beldam.

Ante los ojos del menor de los San Juan, su decisión era la correcta, a pesar de estar por tres largos días sin pegar un solo pestañeo por las noches y sentirse miserable por sus sentimientos o por como haría sentir a Valentina, lo había decidido.

Justo ahora caminaba por el pueblo en busca de la pelinegra, con sus manos metidas en los bolsillos de esa sudadera gris desgastada, sus hombros bajos por la culpa que sentía. No se podía culpar, uno no elige de quien se enamora ni el momento. ¿Verdad?

Cuando la chica se atravesó en su campo visual, ambos se sonrieron y se acercaron al otro. Leonardo sintió un gran peso en su estómago y se hacía cada vez peor mediante más se acercaba a Valentina.

-Hola mi amor- Valentina le sonrío y este sonrío de vuelta aún cuando sus ánimos no eran lo mejor justo ahora -¿Ocurre algo?- cuestionó la pelinegra cuando noto la rareza de la sonrisa de su pareja y coloco ambas manos sobre el rostro de Leo, justo en sus mejillas para que este la mirara directo a los ojos.

Leonardo la miro unos segundos, directo a los ojos y así comprobando que sus sentimientos ya no eran hacia Valentina. Ahora qué se lo pensaba mejor, los sentimientos que Kubo le provocaba eran de alguna manera sentimientos nuevos, como si el plateado hubiera activado de alguna manera algo apago en su ser.

San Juan tomó las manos de Valentina con delicadeza, apartandolas de su rostro, y mirando con algo de dulzura a la chica.

-¿Podemos hablar en un lugar más privado?- murmuró el chico con suavidad, Valentina somo asintió y siguió a Leonardo hasta un callejón alado de la casa del moreno.

Ambos se pararon justo en este lugar, donde la gente casi mo transitaba. El chico la miro, y Valentina solo se cruzo de brazos esperando lo peor.

-¿Quieres terminar?- murmuró ella enarcando una ceja aún con sus brazos cruzados sobre su pecho, Leonardo solo asintió -¿Por qué? ¿No he sido suficiente para ti?- se mordió la mejilla después de tal pregunta, temiendo por su respuesta.

-No es nada de eso, y lo sabes bien- Leonardo murmuró y bajo la vista, no quería lastimarla -Es solo que... ya no siento lo mismo- explico aún sin verla.

-¿Hay alguien más?- cuestionó casi de la nada, con algunas lágrimas sobre sus mejillas.

A Leo le sorprendió la pregunta, provocando que la mirara al rostro. Sí, había alguien más, sí, sus sentimientos hacia esa persona eran más fuertes, sí, se había enamorado de un plateado y Valentina no tenía la culpa de ello. El moreno se mordió el labio inferior razonando unos momentos su respuesta.

-No puede ser, hay alguien más- murmuró Valentina entonces, y secando sus lágrimas miro a Leonardo con algo de enojo -¿Quién es?- exigió.

-No era mi intención que eso pasara, no dudes que te quise durante todo el tiempo que estuvimos juntos...

-¿Quién es?- interrumpió la chica con un tono cortante -¿Es alguna de las nuevas reclutas?- exigió.

Leonardo solo negó y miro hacia su derecha, evitando la mirada penetrante de Valentina.

-No es una chica- susurro para si mismo, pero fue suficiente para que Valentina lo escuchará.

-No puede ser...- murmuró la chica y durante unos minutos se quedó procesando las palabras de su ahora ex novio. Unio cabos rápidamente, un chico al que le había visto la sudadera de su novio, un chico con el que su novio estaba casi siempre al pendiente.

The Crown (Higuel/Kuban/Marckyle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora