-¿Cómo están las cosas por allá?- cuestionó Socorro sentada en la cama de la enfermería.
Miguel asintió mientras sonreía, y tomaba con cuidado su pulsera, aquella que Hiro le había dado para comunicarse y que cada noche ocupaban para hablar y ponerse al día del otro.
-Bien, mamá dice que en cuanto salgas hará tu comida favorita- comento Miguel mirando a su hermana y colocando su mano en la mejilla derecha de su hermana como un acto de amor.
La pequeña sonrío y acepto el gesto, pero después negó.
-Sabes a lo que me refiero- murmuró bajando su vista y jugando con sus manos -¿Ya saben que me ocurre?- levantó su rostro y miró a los ojos de Miguel, el moreno negó mordiéndose el labio inferior.
-No lo saben- murmuró.
-¿Marco vendrá hoy?- cuestionó Socorro con curiosidad, y Miguel asintió.
-Seguramente vendrá después de terminar su entrenamiento- Socorro asintió después de las palabras de su hermano y miro a su alrededor.
-¿Los extrañas?- cuestionó Coco casi de la nada, sin mirar a su hermano. Este último, tenía una mirada confundida posada en la niña, con sus cejas fruncidas y la cabeza ligeramente ladeada.
-Claro que te extrañan Coco- murmuró Miguel muy confundido, suponiendo que tal vez Socorro había utilizado el plural por el error ya que se sabia, estaba teniendo fuertes dolores de cabeza y el inicio de lo que posiblemente sería dislexia.
-No...- la niña lo observo atenta -A esos chicos.
Miguel la observo atento, con sus ojos abiertos por el asombro y los labios separados, luego desvío su mirada en diferentes direcciones.
Por supuesto que extrañaba a Hiro, las últimas semanas sin estar a su lado y solo comunicándose por aquel aparato habían sido duras. Él sabía que Hiro seguía haciendo misiones y su corazón se encogía cuando partía a alguna y desaparecía por horas o incluso días.
Se mordió el labio inferior de nuevo, bajando su mirada y cruzándose de brazos. Extrañaba a Hiro con todo su ser, y estaba seguro de que Leonardo a Kubo igual.
-Hiro, su nombre es lindo- murmuró Socorro de la nada desconcertado a Miguel, la pequeña desvío su mirada y después sonrío -Creo que lo quieres demasiado. Seguramente él a ti también, sino, no hubiera llorado tanto cuando te vio con Mirabel.
Miguel frunció sus cejas, confundido y algo asombrado. Luego tomo a la pequeña por los hombros y la miro atento.
-¿Te lo dijo Marco?
-No seas bruto, me lo acabas de decir tú- la niña quito las manos de su hermano de su cuerpo, y después miro a su alrededor.
[...]
Sus ojos verdes paseaban con destreza por todos los sitios de la habitación. La conocía de memoria tras estar casi nueve meses encerrada en ese lugar.
No la dejaban salir por miedo a que hubiera algún espía, pero eso quería decir que no se sintiera como una prisionera.
Hace unos días había pedido flores, flores para olerlas y relajarse. Flores que le recordaban a sus sobrinos, a su hermana, si antigua vida.
El tono de su piel se volvió opaco debido a la falta de sol, y había grandes ojeras debajo de sus ojos, los cuales ya habían perdido su brillo.
Todos los días había establecido una rutina para no perder la cordura, y ese día no era la excepción.
-Hace miles de años, el mundo se vio envuelto en una guerra que casi acabó con la humanidad y todo aspecto de vida en ella.
Había hambre, irá y sobretodo, muerte. La gente imploraba a cualquier ser sagrado una respuesta ante sus actos, una ayuda hacia ellos pues la extinción estaba demasiado cerca- recitaba de memoria aquella historia con la que solía estudiar su sobrino.
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The Crown (Higuel/Kuban/Marckyle)
Fiksi PenggemarLa sangre se divide en dos colores, plateada y roja. La Casa Hamada está extinta, los Rebeldes Rojos deben ver la manera de sobrevivir. ADVERTENCIA: CONTENIDO +18 EXPLÍCITO, VIOLENCIA, AGRESIÓN SEXUAL, RELACIONES SEXUALES, ETC. LOS PERSONAJES UTILI...