I. Hermanos

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El sonido de los tacones inundaba la sala de aquel gran castillo, la mujer que vestía en su cuerpo delgado y largo un vestido negro.

En su rostro era claro el enojo, y susurraba algo incomprensible entre dientes.

-Mi señora, los tenemos- hablo un guardia apareciendo en el lugar.

La mujer de cuerpo delgado no lo miro, y solo hizo un ademan con sus manos para que le trajeran su encargo.

Beldam era la reina temporal de la casa Jones, pues tras un trágico accidente donde su hermana y esposo habían fallecido ella tomaría el lugar de la corona hasta que su sobrina, Coraline, fuera mayor de edad.

En el salón entraron cinco guardias, dos de ellos escoltaban a dos hombres morenos.

La mujer giro entonces, mirando a los dos hombres y sonrío maliciosamente. Había ideado todo el plan perfecto para ser el reino más grande, sin testigos y sin que pareciera que ella había sido la responsable.

Un hombre de armadura camino hasta el frente y golpeó las rodillas de ambos hombres.

-¿Qué los rojos no les enseñan modales a sus hijos? Arrodillence frente a la reina- exigió el guardia.

-Ella no es mi reina- uno de los morenos aún en el piso escupió en dirección de la reina, ganando un golpe en su mejilla.

-¡Miguel!- grito su acompañante intentando safarse del agarre del guardia para poder ir hacia su amigo.

-Así que estas son las alimañas que han estado asaltando nuestros víveres y puertos- la mujer los miro a ambos con asco -No esperaba menos de ser dos sangre asquerosa. ¡Pero es su día de suerte! Les tengo un trabajo que si prometen cumplir lo compensaré con no llevarlos a la cárcel- sonrío irónicamente mientras aplaudía.

Ambos morenos la miraron confundidos, y después se miraron entre sí esperando alguna señal de su equipo para que pudieran actuar.

-Miren, si ustedes prometen ir y matar a todos los Hamada y su descendencia yo prometo no dejarlos pudrirse entre las ratas.
Pero, si lo hacen y además sin ser atrapados prometo que les daré lo que me pidan- la mujer se miro las uñas.

Leonardo no pudo evitar sentir algo de asco al ver el aspecto de esa mujer. Si se lo preguntaban a él, le recordaba a una araña o incluso a uno de esos espíritus malignos que a veces lograba ver en los campos de guerra.

Y no era para menos, casualmente el símbolo de la casa Jones era una araña.

-¡Quiero de vuelta a mi hermana!- grito Miguel -Se la llevo junto a otros niños hace meses y desde entonces no hemos sabido nada de ella- explico.

-Uhm, veré que puedo hacer- mencionó sin ánimos -¿Es un trato, escorias?- tamborileo los dedos sobre la silla una vez que se sentó.

-¡Una cosa más, reina!- grito Leonardo -Xochitl, una chica que también fue reclutada por usted hace meses, también la queremos a ella- explico.

-¡Bien! A juzgar por sus peticiones espero que trabajen tan bien- sonrío y con un simple ademan la mujer hizo que ambos fuera sacados a rastras de la sala.

Fue entonces cuando el guardia que había golpeado a Miguel se transformó en un hombre de rizos y en ágiles golpes atacó a uno de los cuatro guardias sobrantes.

Miguel por su parte, se apresuró a deshacer las esposas que tenía en las muñeca con el fuego que sacaba de sus dedos.

Y Leonardo pedía ayuda a un "alebrije" como el solía llamarlo, para que este atacara a dos hombres más.

-Te pasaste de verga con el putazo Camilo, hasta sangré- mencionó Miguel.

-¡Lo lamento, era para más realismo!- se excusó el susodicho con una sonrisa.

The Crown (Higuel/Kuban/Marckyle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora