Era sábado al fin de cuentas, tuvimos muchos problemas con Megan desde la última vez que nos encontramos en la azotea, e incluso no había vuelto a ver a aquel chico de cabellos blancos.
Después de tanta insistencia de Jade, Reiji me dejó salir con ella, así que nos estábamos arreglando para salir al centro comercial.
No importa cuantas veces mirase a Jade arreglarse, se notaba esa actitud de refinada del antiguo siglo, llevaba una falda azul con una blusa de un rosa pálido y un chaleco de color negro, además de que su cabello estaba ondulado y bien arreglado.
-¿Qué tanto miras? -me pregunto una vez que término de pasar el rimel a sus pestañas y procedía a ponerse un poco de brillo en sus labios.
-En que eres muy refinada.
-Soy de medios del siglo XX, no lo puedo evitar -como mínimo debía tener unos cien años, la volví a ver con recelo, Jade sonrío-. Ni loca te diré mi edad.
-Ya lo sé.
Me volví a ver en el espejo, me sentía muy simple al lado de Jade, casi toda mi ropa era de color negro, por lo que sólo opté por ponerme unos vaqueros oscuros con una blusa de manga larga de color negro además de mis tenis altas.
-Ya estoy lista, mejor vámonos -asenti levemente mientras tomaba mi mochila y mi reproductor-. Mmmm sería problemático ir en la limusina -mencionó cansada Jade.
-Y no es buena idea ir caminando -Jade suspiro, en ese momento unas llaves se extendieron enfrente de mi rostro, mire la mano que las sostenía encontrándome con cierto peli-blanco-. ¿Subaru?
-Yo las llevare -dijo mientras volteaba su rostro a otro lado.
-¡Gracias Suba-chan! -grito con entusiasmo Jade mientras lo abrazaba.
Los tres subimos al BMW de color negro, Jade me obligó a subir en el asiento del copiloto, mientras ella iba en los asientos de atrás.
El camino fue algo silencioso, ninguno hablo nada, Jade me quitó el reproductor para darnos "nuestro espacio" según ella, pero la verdad es que era la primera vez que estábamos cerca después de lo sucedido en la biblioteca, eso sin contar las veces de las lecciones.
-De ida nos iremos en taxi -comenzó a hablar Jade una vez que llegamos al centro comercial-. Así que no te preocupes.
-¿No quieren que venga por ustedes?
-A decir verdad queremos comprar los vestidos y que sean sorpresa, ya sabes, para el baile de la Batalla del Boyne -le comenzó a explicar, Subaru pareció comprender.
-Sólo, tengan cuidado... -fue todo lo que dijo para después arrancar el auto e irse.
-Por poco creí que no se iría.
-Sí no se iba, empezaría una pelea.
-¿Pelea?
-Subaru-kun no me soporta -nos interrumpió Kou.
-Y no me extrañaria -mencionó Jade-. Oh! Hola Yuma -volví a ver al castaño gigante de la última vez.
-La pulga y la cerda ¿para esto me hiciste venir? -mencionó con desprecio.
-Anda, necesitas salir de ese jardín -mencionó con cierta energía Jade a la vez que lo tomaba del brazo y caminaban a la entrada del centro comercial.
-Imagino que la cerda soy yo -susurre con una sonrisa nerviosa.
-Para mi eres M-neko-chan -mencionó Kou, lo volví a ver, en realidad no cambiaba mucho el apodo, me estaba diciendo Masoquista a la ligera-. ¿Eh? ¿Te enojaste? -no le respondi, sólo seguí a Jade quién ya iba lo suficientemente adelante.
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-¡Konoe! ¡Pruebate este! -me pasó un vestido rojo estraple con una flor en el pecho.
Era la tercera tienda que visitabamos, Yuma ya estaba cansado se ver tantos vestidos, al igual que yo de cambiarme, salí del vestidor y me mire al espejo, en realidad no me gustaba, se veía muy llamativo.
-Me encanta -exclamo Jade, volví a verla-. Entonces otro rechazado -asenti levemente-. Iré a buscar otros -me aviso.
-¿Por qué no te gusta M-neko-chan? Sí se te ve bien.
-No me gustan los colores llamativos -dije sin más mientras me miraba en el espejo, Kou se llevó una mano a la cabeza para después sonreír.
-Pero el color rojo es delicioso -se me erizo piel.
Inmediatamente entre al vestidor tratando de quitarme el vestido, pero el cierre se atacó, me maldije mentalmente.
-Jade, necesito ayuda -comencé a hablar en voz alta, esperando que mi loca amiga escuchara-. Jade...
-¿Sucede algo M-neko-chan? -nuevamente otra maldición en mi mente, no tenía otra opción, corrí la cortina y lo invité a pasar-. ¿Te puedo ayudar? -corrí mi cabello para después darle la espalda.
-Se atasco el cierre -pude ver la sonrisa de Kou ensancharse por el espejo.
Sentí sus manos frías tocar mi espalda, lo cual me dio un escalofrio, después de un poco de esfuerzo, Kou pudo bajar el cierre, lo cual me llevó a sujetar el vestido con mis manos, para que no se cayera y me dejara expuesta ante Kou, volví a verlo mientras miraba al suelo.
-Gracias, ya puedes...
-Ya no me puedo aguantar... -me interrumpió Kou a la vez que me acorralaba contra el espejo.
-Kou... Espera... -trate de detenerlo, pero Kou me tomo de ambas manos llevándolas contra el espejo, provocando que el vestido se cayera-. Kou...
-Hueles exquisito, Konoe -susurro en mi oído, era la primera vez que le escuchaba decir mi nombre provocando que una corriente eléctrica pasar por mi espalda, al igual que como sí millones de mariposas se movían en mi estómago.
-N-No digas mi nombre de... esa manera... -sentí mis mejillas arder, Kou acerco sus labios a mi cuello, el cual comenzó a besar-. K-Kou... alguien podría... Agh... -me sonroje más al escuchar el sonido que salió de mis labios.
-Di mi nombre... dilo nuevamente... -susurro en el momento que mordia mi cuello, reprimi un grito mordiendo mi labio inferior-. Konoe...
-Kou... basta... duele... -sentí como absorbía mi sangre, podía sentirlo-. Kou... -el mencionado dejó de beber mi sangre para después verme fijamente.
-Konoe... -comenzó a acariciar mis mejillas, su mirada se intensificó, pude notar cierto brillo en su ojo oculto, lo cual me llamó la atención-. Konoe... Eve... -susurro a la vez que unía sus labios con los míos.
Mis ojos se abrieron a más no poder, Kou me estaba besándo, y no sólo eso, era mi primer beso, no sabía que hacer, sabía que no tenía que corresponderle, pero aún así lo hice, correspondi el beso que me había dado Kou.
-Me encanta la cara que pones, Konoe -me sonroje levemente a la vez que quitaba la mirada.
-No digas esas cosas -susurre avergonzada, Kou tomo mi rostro entre sus manos para después besar mi mejilla izquierda-. Ya, déjame cambiarme.
-Jajajaja, perdón, perdón, M-neko-chan.
-Y volvemos con el apodo, afuera -lo empuje afuera.
Mire mi reflejo en el espejo, podía ver los hilos de sangre recorrer por mi cuello, además de dos pequeñas marchas de los labios de Kou.
-¿Adónde he caído?
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Dark Fate [Diabolik Lovers]
FanfictionFanfic: Diabolik Lovers Nunca considere que fuera una chica "normal", la mayoría de las veces soy muuuuy agresiva, odio que me pongan sobrenombres, y mucho menos que me traten como un objeto. Pero jamás pensé que mi actitud y mi forma de vida cambia...