-Tks, me duele -susurre molesta al quitarme la venda del tobillo, hace una semana que me lo había torcido y aún nada de que se cura-. Estúpido Laito.
Volví a ponerme la venda y salí del baño, comencé a caminar tratado de no apoyar el pie; caminaba por los pasillos en dirección a mi habitación, pero me vi interrumpida al ver una puerta abierta, de la cual salían gemidos de dolor, me acerque sigilosamente para mirar el interior, estaba lleno de estantes con muchos libros, además de una mesa con utensilios de laboratorio.
-Seguro es la habitación de Reiji -me adentre un poco más y comprobé mi teoría, sí era la habitación de Reiji, me lo había encontrado dormido en un sofá individual-. Pensé que Reiji no dormía -susurre suavemente al verlo con una expresión de dolor, se me hacia algo extraño el verlo así, tan vulnerable-. Se ve inquieto.
"Así que tienen pesadillas después de todo."
-Es de mala educación el entrar a una habitación sin ser invitada -me sobresalte al verle abrir los ojos-. ¿Acaso eres una pevertida?
-¿Qu...?
Me dejó completamente fuera de lugar su insinuación, Reiji sólo se enderezo y llevó una de sus manos a su cuello.
-No lo niegas, así que lo aceptas.
-¡Y-Yo no soy ninguna pevertida! -le grite furiosa, Reiji me miro con superioridad.
-Sí, lo que digas -dijo a la vez que se levantaba y se dirija a uno de los muebles del salón-. Siéntate.
-¿Para qué?
-Sólo haslo -obedecí a regañadientes, unos segundos después Reiji se me acerco con una taza de té-. Te quitara el dolor que tienes.
-¿Cómo...?
-Se escucha por tu forma de caminar -lo mire sería, para después comenzar a tomar el té-. ¿Cómo te sientes?
-Bueno... -no pude terminar al sentir como dagas se incrustaban en mi garganta-. ¿Q...ué...?
-Así que aún es muy peligroso -deje caer la taza provocando que se rompiera-. No te preocupes, no atentara contra tú vida -trate de levantarme, pero no sentía mis piernas moverse-. Si que eres una molestia.
-¿Qué... Me... Has... Hecho...?
-No preguntes -mencionó como sí nada mientras conseguía un pequeño frasco y vierte el líquido en mi boca-. Anda, bebelo -me tomo del cuello haciendo que abriera mi boca mientras vertia el líquido, poco a poco sentí como el ardor en mi garganta cedia, pero sentía mi cuerpo aún entumecido, Reiji me soltó de manera brusca haciendo que cayera sobre los trozos de la taza-. Mira que eres una mujer torpe -dijo Reiji al momento que tomaba mi mano cortada, trate de quitarla, pero él me sostuvo con fuerza-. Quédate quieta, tienes vidrios incrustados en la palma -sentí como quitaba el trozo de vidrio de mi mano-. Anda, trata de levantarte -como pude me levanté del suelo, mientras que Reiji me guió por los pasillos hasta el baño de antes donde comenzó a lavar mi herida
-Eso duele...
-No es como sí me importara -me solté bruscamente de su agarré completamente molesta, lo mire desafiante, Reiji me miraba como sí nada-. Vaya que eres una humana insolente -fue todo lo que dijo para después hacerme chocar contra la pared del baño.
-Auch...
-Debería castigarte como es debido -lo volví a ver aterrada.
"No pensé que fueras así Reij"
Tomo una de mis manos con fuerza hacia atrás, solté un quejido a la vez que Reiji llevó su mano libre a mi garganta.
-No se porque tu olor se me hace tan familiar y tan nauseabundo -mencionó con asco al momento que hacia mi cabeza para atrás-. Pero aún así... -mordió mi mano provocando un grito saliera de mis labios-. Has silencio, tu sola voz es molesta -mencionó con algo de irá a la vez que atrapaba mis muñecas contra la pared y sobre mi cabeza con una sola de sus manos.
-Re-Reiji... No...
-Silencio... -dijo para después correr mi cabello con su mano libre y morder mi cuello, solté un quejido, mordi mi labio inferior, no podía emitir algún sonido, no quería que Reiji me "castigara" más de lo necesario.
Ese sonido nuevamente, me hacia erizar la piel, el escuchar como mi líquido carmesí pasaba por su garganta, no podía imaginarlo, me causaba nauseas.
-Sin duda es una sangre de excelente calidad -susurro a mi oído-. Ya veo el porque de mis hermanos al querer tenerte sólo para ellos, en especial Ayato -me volteó para verle, lanzandole una mirada llena de furia.
-Pues yo no les pertenecere a ninguno de ustedes, malditos chupa-sangre -me solté de su agarré y comencé a correr fuera de la habitación, debía alejarme de él, de Laito, de Shuu y sobretodo de Ayato; ellos eran los únicos que han probado mi sangre.
"Idiotas"
No quiero volver a verles.
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Me había encerrado en mi habitación, escuchaba música mientras dibujaba en mi cuaderno bocetos, necesitaba relajarme, aunque aún me sorprendia lo bien que me había acostumbrado al horario de los Sakamaki, dormir por el día y vivir por la noche, ya no recuerdo lo que era la luz del sol.
-Dos semanas en total -susurro al aire, desde ese tiempo he estado en está casa de torturas.
Dos semanas desde que comenzaron los dolores de pecho y la voz que me habla.
Dos semanas sin ver a mi padre.
Sin duda este lugar no me estaba haciendo nada bien, sólo desearía que se acabase y todo fuera un mal sueño, pero se que no va a ser así.
"Aceptame, yo aliviare tu dolor"
-No todos me han mordida, pero estoy segura que pronto lo harán.
Ayato, Shuu, Laito y Reiji; eran los que habían provado mi sangre, Kanato siempre lo ha intentado, pero siempre soy capaz de huir a tiempo, en cuanto a Subaru, las únicas veces que lo veo son cuando vamos a la escuela.
-Debería dormir... Ya... -susurro a la vez que quedó completamente dormida encima del escritorio.
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Dark Fate [Diabolik Lovers]
Fiksi PenggemarFanfic: Diabolik Lovers Nunca considere que fuera una chica "normal", la mayoría de las veces soy muuuuy agresiva, odio que me pongan sobrenombres, y mucho menos que me traten como un objeto. Pero jamás pensé que mi actitud y mi forma de vida cambia...