XXVIII★Lagrimas

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-Me alegro por ti, Shientsu -sonreí levemente, estábamos en el balcón, podíamos ver a Shientsu junto a Yuma, al fin había podido decirle lo que quería.

-¿No crees que se ven bien juntos? -me pregunto Jade, asenti levemente-. ¿Cuándo le dirás a Subaru? -moví mi cabeza en negación ante la pregunta.

-Mi situación es más complicada que la de Shientsu -baje la mirada-. Estoy metida en un conflicto que provoco Karl Heinz hace varios años -Jade comprendió, sentí como las lágrimas comenzaron a correr.

-Konoe ¿estas bien? -asenti levemente mientras me quitaba el antifaz.

-Solo se me metió algo en el ojo -me voltee para que Jade no me viera, pero al momento que gire me encontré con un par de ojos rojos, los cuales me miraban con sorpresa-. ¿Subaru? -me quede estática, la sorpresa que expresaban sus ojos, me lo esperaba, pero aun así no estaba lista para que me viera.

-¿Konoe? -comencé a caminar a su lado, pero sentí como me detuvo-. ¿Donde vas? No puedes irte así como así, además quiero saber lo que te sucedió -me safe de su agarre como pude para comenzar a buscar a Carla.

-¿Konoe?

-Debemos irnos, Carla -Carla me tomo de la mano y tratamos de comenzar a caminar, pero Subaru detuvo a Carla para después golpearlo llamando la atención de los demás, los cuales se hicieron a los lados.

-¡No dejare que te lleves a Konoe de nuevo! -gritó al momento que Ayato le daba una espada-. Pelearé por ella.

-¡No espera! -trate de detenerles, pero Shin me tomo de la cintura.

-¡Hermano! -le lanzo una espada Shin al momento que me apartaba de ellos.

-Si lo que deseas es una pelea eso es lo que habrá -ambos desenvainaron su espada para después comenzar una pelea con ellas, las exclamaciones de sorpresa y las preguntas sin parar se hicieron presentes en la habitación, nadie hacia nada para detenerles, mis ojos se abrieron al ver a Subaru atravesar en un costado a Carla, la sangre se hizo presente, Carla dejo caer la espada al momento que se arrodillaba en el suelo.

-¡Esto se termino! -grito al momento que alzaba la espada y estaba apunto de dar el golpe de gracia-. ¿Konoe? -el asombro se hizo nuevamente presente al verme a mí proteger a Carla con mi cuerpo-. ¿Qué haces? ¿Debo de...?

-¡No lo hagas! -le grite con lágrimas en los ojos-. ¡Carla es mi hermano! -las exclamaciones fueron presentes-. Ahí que irnos -le ayude a Carla a ponerse de pie junto a Shin para comenzar a caminar fuera del salón.

-¡Shientsu! -le llamo Shin para que le ayudara a cargar a Carla.

-¡Konoe! ¡Espera! -me tomo del brazo antes de bajar las escaleras para dirigirme a la limusina-. Konoe...

-En serio me encantaría quedarme a tu lado, Subaru, pero... -comencé a restregar mis ojos-. Ya no soy la misma -las lágrimas comenzaron a correr, me dolía el dejar a Subaru así como así, le amaba, le amaba demasiado-. No se si seas capaz de seguirme queriendo a como soy ahora, pero por el momento debo de estar con mis hermanos, Tsukiyomi Konoe ya no esta, Subaru -le mire a los ojos, aquellos carmesí me miraban con asombro y tristeza-. Ahora sólo queda Tsukinami Konoe -me solté de su agarre para acercarme a él y depositar un suave beso en la comisura de sus labios-. Aún te amo, y creó que con más intensidad que antes, pero ahora no podremos estar juntos -fue todo lo que dije para después bajar las escaleras y subir a la limusina, donde no aguante las y rompí en llanto, cubriendo mi boca y agarrando mi pecho con desesperación deje salir todo lo que tenia guardado.

-Konoe... -sentí los brazos de Shientsu rodearme, tratando en vano el poder consolarme, la vista de mis hermanos estaban encima de mi, la tristeza y la pena se hacia presente en ellos.

Dark Fate [Diabolik Lovers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora