-Tenemos hasta el 12 de Julio, obviamente Megan y su grupito serán las que organicen el baile -estábamos hablando en la azotea Jade y yo-. ¿Te apetece ir este fin de semana a comprar los vestidos?
-¿Este fin...? No se sí Reiji me dejara salir.
-Anda, vamos, estoy segura que sí se lo pedimos te dejara ir -dijo en el momento que se levantaba de golpe.
-Sí tú lo dices.
-Estoy segura de que...
-¿De que hablan Koneko-chan? -nos interrumpió el rubio de ojos azules.
-¡Kou no me asustes así! -lo empujo Jade molesta.
-Jajajaja, perdón, perdón, pero ¿de qué hablaban?
-Teníamos pensado ir el fin de semana para comprar el vestido del baile -le respondió Jade mientras Kou se sentaba a mi lado-. ¿Qué color crees que le hiría a Konoe?
-¿A M-neko-chan? -su mirada safiro me examinaba de arriba a abajo, me sentí algo intimidada-. El rojo o negro, aunque diría que más el negro para que resalten sus ojos -dijo en el momento que pasaba uno de sus brazos por mis hombros.
-Eso es algo muy explícito.
-Je~ están seguras, sí lo desean puedo acompañarlas.
-No lo creo recomendable -mencione después de un rato, Kou me volvió a ver-. Los Sakamaki no desean que me acerque a los Mukami -fue todo lo que dije para levantarme de mi asiento y dirigirme a la puerta-. Te veo después.
Me puse los audifonos y comencé a escuchar música de Arch Enemy, para dirigirme al salón, al llegar me senté en mi lugar, dos asientos adelante de los de Subaru, para esperar la entrada a lecciones.
-¿Está ocupado? -me preguntaron.
Volví a ver de quién se tratase, encontrándome con un chico de cabello blanco con puntas en vino, además de unos ojos en dorado, se sentó a mi lado para después extenderme su mano.
-Tsukinami Carla -se presento, tomé su mano.
-Tsukiyomi Konoe -llevó mi mano a sus labios para depositar un suave beso en este, provocando un gran sonrojo en mis mejillas.
-Es un gusto conocerte, Konoe -sonrío levemente mientras llevó su mano izquierda a su hombro derecho-. Eres tal y como se dijo.
-¿Se dijo?
-Tsukiyomi Razel... -el escuchar el nombre de mi padre salir de sus labios hizo que mis ojos se abrieran de la sorpresa-. Nos veremos después... -susurro a mi oído para después besar mi mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios.
Cuando pude reaccionar ya se había ido y el profesor había llegado.
¿Qué fue lo que sucedió?
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-¿Eso sucedió? -me miro Jade con cautela, le había contado lo del chico de cabello blanco-. ¿Habrá sido tu imaginación?
-No, incluso puedo sentir sus labios... -susurre mientras acariciaba el lugar donde me había besado.
-Pero, Tsukinami, nunca he escuchado sobre esa familia además de los libros -mencionó pensativa mientras se sentaba en la banca, mientras yo pasaba caminando de un lado a otro-. ¿Podrías sentarte? Estoy mareada de sólo verte.
-No me puedo calmar, él era, él era... -me sentía frustrada, no comprendía que sucedía-. No se que es lo que haré -dije en el momento que me tomaba una de las píldoras que me había dado Reiji-. ¿Qué sabes de esa familia?
-Pues que son la familia fundadora, pero ellos están exintos, no se sabe de ningún Tsukinami desde hace muchos años, por eso pienso que sólo fue un sueño -movi mi cabeza en negación, Jade me miro extrañada, imitando mi movimiento mientras se encogía de hombros.
-Él dijo el nombre de mi padre, por eso no puedo decir que era un sueño.
-Tal vez lo extrañas demasiado, ¿sabes qué? Dejemos de pensar en eso, mejor cambiemos de tema -movió los brazos de manera frenetica haciendo que le pusiera atención-. Te vi muy unida a Shuu en la limusina ¿a qué se debe?
-Ya sabes a que se debe, debemos aparentar enfrente de Reiji, ¿y tu cuando tienes planeado el decirle a Reiji?
-Mmmm... Aún lo estoy pensando... -nos vimos interrumpidas por la puerta de la azotea abrirse.
-Aquí las quería ver -nos llamó una rubia pechugona de ojos verdes.
-¿Qué quieres, Megan? -pregunto con asco Jade.
-Quería prohibirles el que se acercaran a los chicos -Jade y yo nos volvimos a ver extrañadas, mientras que la rubia llevó sus manos a la cintura al igual que sus amigas.
-¿Qué chicos?
-Sabes muy bien de quienes hablo, Mirai, no quiero que te le acerques a ninguno de la primera, segunda o tercera familia -ahora sí que lo habíamos visto todo, y yo que pensaba que estaba loca, pero tal parece que la rubia oxigenada lo estaba peor.
-¿Qué tercera familia? -pregunté yo está vez.
-Pues de quienes más, los Tsukinami -me respondió a la vez que se cruzaba de brazos.
-¡Te lo dije! ¡No estaba loca! -comencé a picar a Jade, quién por su parte lo único que hizo fue un puchero.
-Está bien, está bien, no te vuelvo a tachar de loca -sonreí triunfal, sabía que no estaba soñando-. ¿Cuándo aparecieron estos Tsukinami?
-Se trasladaron ayer, uno es de grado mayo y el otro es de nuestro mismo grado, pero ese no es el problema, lo que quiero es que no se les acerquen -nuevamente la actitud arrogante apareció-. Ustedes no se merecen que estén cerca de ellos, así que...
-Por cierto, dijo Kou que aunque no quieras él nos acompañara el sábado -la interrumpió Jade, había notado su juego, se me dibujo una sonrisa para después seguirle el juego.
-Siempre tan impulsivo, ya dile que a Shuu no le gusta que él este cerca.
-Yuma también irá -ambas volvimos a ver con suficiencia a Megan y sus amigas, quienes estaban ardidas en envidia.
-¡Oigan! ¿Qué ganan con hacer esto? -nos grito Megan nuevamente.
-Disculpa, no sabíamos que estabas aquí -le miro por encima del hombro Jade.
-¡Ustedes...!
-Konoe -nos interrumpió Shuu, provocando que Megan y sus amigas se callaran-. Reiji nos está esperando.
-¿Ya terminaron las clases?
-No me había dado cuenta -nos volvimos a ver Jade y yo, pero la mirada asesina de Megan nos hizo recordar lo que estábamos antes, incluso Shuu pareció notarlo, ya que me tomo de la cintura y me beso muy cerca de mis labios.
-Será mejor que nos vayamos -fue todo lo que dijo para tomar mi mano y sacarme de ese lugar, mientras que Jade salió con una sonrisa triunfal, lo que provocó que Megan se molestara más.
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Dark Fate [Diabolik Lovers]
FanficFanfic: Diabolik Lovers Nunca considere que fuera una chica "normal", la mayoría de las veces soy muuuuy agresiva, odio que me pongan sobrenombres, y mucho menos que me traten como un objeto. Pero jamás pensé que mi actitud y mi forma de vida cambia...