Era una noche tranquila, habías recibido una nota, para encontrarte con alguien en la azotea de un edificio. Conocías esa letra, pero no lograbas recordar de quién era.
Subías las escaleras, llevabas 7 pisos, te faltaban 3 para llegar al último. Estabas cansada. Abriste la puerta que conducía a la azotea y te encontraste con una chica enmascarada. -Hola, Tn...-dijo la voz, te parecía muy conocida. -Jiro-. Susurraste. Cómo ibas a olvidar de quién era esa dulce voz, era de la chica que te robaba los suspiros, que te mantenía despierta. La chica que, tan solo con mirarla, hacía que tus mejillas se colorearan. Era de quién estabas enamorada.
-te cité aquí porque... quiero hablar contigo-. Dijo mientras te llevaba a una mesa y te indicaba tu asiento-. Pero primero podríamos comer y tomar algo-. Dijo mientras destapaba una botella de champagne y servía el líquido en las copas-. -me parece bien.- dijiste un poco confundida y nerviosa. Había música de fondo, que acompañaba la comida y las risas. Terminaron de comer. -¿me concederías esta pieza?-. Dijo extendiéndote la mano, para que bailaras junto a ella-. Cabe recalcar que nunca se quitó el antifaz de sus ojos. Tomaste su mano y comenzaron a bailar. Sus manos eran suaves y delicadas. Su pelo se movía mientras bailaban, tan brillante. Sus ojos, esos ojos que tanto te gustaba mirar. Y sus rosados labios, los que siempre quisiste probar. Era simplemente perfecta. Y sin mencionar que bailaba extraordinario. Su cuerpo y el tuyo se complementaban tan bien mientras bailaban, era un baile delicado. -Tn...- dijo mientras bailaban-. Te cité aquí porque...- Seguían bailando, tomaste la iniciativa, agarraste delicadamente su espalda e inclinaste su cuerpo, mientras ella se dejaba caer.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ꜰᴏᴛᴏ ᴅᴇ ʀᴇꜰᴇʀᴇɴᴄɪᴀ
Sus caras se encontraban cerca, la una de la otra. Probocando un sonrojo en la pelinegra, que no pudiste ver gracias al antifaz. -tú me gustas-. Soltó repentinamente la chica. -¿qué?-. Habías escuchado perfectamente, pero aun no podías creer lo que había dicho. No sabías que responder y aprovechando la posición en la que ambas estaban, decidiste darle un beso, esperado por ambas. Sus labios eran cálidos y dulces. Transmitiste todos tus sentimientos en ese beso, esperando que ella entendiera que la correspondias, la corresponderías una y mil veces. Se separaron, las 2 muy sonrojadas. Te acercaste lentamente y le quitaste la máscara, para finalmente decir -también me gustas-. Acto seguido, tomaste sus mejillas y le tapaste los ojos, para darle un corto pero significativo beso. Algo que siempre quisiste pero no pudiste hacer.
