ˢʰⁱᵏᵃᵐᵃʳᵘ (ⁿᵃʳᵘᵗᵒ ˢʰⁱᵖᵖᵘᵈᵉⁿ)

263 10 0
                                    

Shikamaru... tengo muchas cosas que decir sobre él, pero no me alcanzarían las palabras para hacerlo.

Era un día soleado, aquel caluroso día el azabache me había invitado a ver las nubes con él, tan libres y sin preocupaciones, era lo que el Nara siempre quiso.

Evidentemente acepté su invitación, sería una salida tranquila.
Nos encontramos en una colina y nos acostamos bajo la sombra de un manzano.

   — Esa nube parece un perezoso, ¡como tú, shikamaru!-. Dije con emoción.
   — Que fastidio-. Suspiró él.

Había silencio, era demasiado tranquilo, lo cual no me molestaba. Lo que sí me molestaba era poder escuchar mi propio corazón palpitar, cada vez más rápido por nerviosismo.

   — me gusta pasar tiempo contigo.-. Dijo mirándome.

Lo volteé a ver con un sonrojo en las mejillas, al notar mi cara caliente, me giré rápidamente. Pero el Nara ya me había visto. Su reacción fue soltar una pequeña carcajada y luego seguir mirando sus apreciadas nubes.

Seguimos así bastante tiempo, hasta que Shikamaru se levantó repentinamente; lo miré curiosa, esperando una palabra de su parte.

   — Sígueme-. Dijo mientras me extendía su mano.

La tomé y comenzó a caminar, sin dirigirme una palabra. No sabía a dónde ibamos, pero confiaba en él.

   — llegamos, esta es mi casa-.
Me daba verguenza entrar, porque sus padres no sabían que iba a estar en su casa y aunque se lo dije a Shikamaru... le importó bien poco, pues entré a su casa casi a la fuerza.

   — Estoy cansado, quiero dormir un rato-. Dijo llevándome a su habitación.
Me quedé en la puerta mientras él se acostaba. Me miró y me dijo
   — ven, sé que estás cansada-.
   — no, no te p-preocupes-.
   — acercate un poco, quiero decirte algo-. dijo serio-.
   — esta bien.- dije dudosa mientras me acercaba.

Estaba a un paso de su cama, esperando que me contara lo que tenía que decir, lo que no esperaba era que me jalara del brazo cuidadosamente y me tirara a su cama, atrayéndome hacia él.
Estaba sonrojada claramente, sentía sus brazos en mi abdomen, mientras me abrazaba.

   — tú si que eres un perezoso, Nara-. Dije sin mirarlo.
   — que fastidiosa-.

Esperaba que durmieramos un rato, pero al parecer no fue así. Pasaron como 5 horas, ya era de noche y planeaba irme a mi casa.
Pero cuando intenté zafarme de su agarre, no se movió. No esperaba que se refiriera a eso con "dormir un rato".

one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora