one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмe

ˢᵘᵍᵃʷᵃʳᵃ (ʰᵃⁱᵏʸᵘᵘ)

Odiaba los lunes, despertarse temprano, ir al colegio... no eran ideas que me emocionaban.

Me levanté de la cama, luego fui al baño para lavarme la cara, en un vago intento de despertarme. Desayuné y preparé mis cosas para salir.

Las calles eran tranquilas, y la música que acompañaba el momento, hacía que todo fuera simplemente perfecto. Hoy había llegado temprano, en comparación a otros días, por lo que tuve mucho tiempo para preparar mis cuadernos y, distraerme un poco con el celular.

Eran las 8:00 en punto, el timbre sonó y rápidamente el salón se llenó de mis compañeros de curso. A los dos minutos, el profesor de lenguaje llegó, con un entusiasmo fuera de lo común. Siempre fue una persona... un tanto excentrica, "extraña", "rara", le decían algunos. Sin embargo hoy se sentía diferente a los demás.

—¡Buenos días clase! ¿Cómo se encuentran el día de hoy?
—¡Bien! - gritaron algunos al unisono.    —Me alegro. Hoy les tengo una propuesta     que me tiene emocionado.- dijo mirando de izquierda a derecha a todos los alumnos, con una amplia sonrisa-. Y quería saber si están de acuerdo. Ya hemos trabajado mucho con el libro y, siento que necesitan un respiro, así que mi propuesta es la siguiente ¿les gustaría representar Romeo y Julieta?

Todos conversaron un rato, mientras el profesor anotaba la asistencia, hasta que llegaron a un acuerdo.

—aceptamos la propuesta.- dijo el presidente de la clase.
—Bien. ¿Prefieren dividirse en actos o representar un personaje fijo?
—¿Es de memoria? - preguntó uno de mis compañeros.
—Idealmente si.
—Entonces dividamonos por actos.

Todo estaba decidido, por lo que el profesor comenzó a armar los grupos.

— ..., Sugawara, ___ , ...- terminó de decir los nombres de los integrantes del grupo.- Ustedes harán la escena del balcón-.

Los grupos estaban listos, por lo que cada uno fue a dividirse los personajes y comenzar a practicar.
—___ tienes buena memoria, ¿puedes ser Julieta?
—eh la v-
—Bien serás Julieta.- me interrumpió.
—Sugawara tú serás Romeo.- dijo otro.

Nos miramos, ambos estabamos bastante confundidos.

(...)

Ya habían pasado algunas semanas desde ese acontecimiento, nos encontrábamos en una de nuestras últimas prácticas y casi nos sabíamos todos los diálogos.

—¡Romeo! -. Dije con pasión.
—¡Alma mía!
—¿A qué hora irá mi criado mañana?-. Nuestros ojos se encontraron.

—A las nueve.- comentó mientras comenzaba a acercarse.
—No faltará. Las horas se me harán siglos hasta que llegue. No sé para qué te he llamado.—dije mientras el chico tomaba mis manos.
—¡Déjame quedar aquí hasta que lo pienses!

Sus ojos café conectaron con los mios, todo a nuestro alrededor parecía una pintura, estático y sin movimiento, como si sólo existieramos nosotros.

La distancia entre ambos disminuía, aquel peligris acarició mi rostro con sus suaves y delicadas manos, mientras me desnudaba con la mirada, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Su respiración se mezcló con la mia y, en un abrir y cerrar de ojos, sus labios se unieron con los míos.

Torpemente nos separamos, los gritos de nuestros compañeros, cayeron sobre nosotros, generando el mismo efecto que el agua fría. Es como si volviera a la realidad, después de estar en un gran sueño.

Miré sorprendida al chico que tenía en frente.

—Eso no era parte del libreto.- dije sin mirarlo.
—lo sé.- me dio una sonrisilla.

El chico se acercó, me rodeo con sus brazos en una especie de abrazo, apoyó su cabeza sobre la mia. Podía sentir su corazón latir, lo hacía con fuerza, parecía que en cualquier momento saldría de su pecho.

Alcé la mirada, encontrándome nuevamente con aquellos ojos color chocolate. El peligris posó sus labios en mi frente, dejando un suave beso.

—Me gustas. - susurró. Mis ojos se abrieron como platos y un notable color carmesí se hizo presente en mis mejillas.

— t-también me gustas.- susurré mientras escondía mi cara.

Ese momento de ternura y tranquilidad terminó, nuevamente, gracias a los gritos de los demás, haciéndome avergonzar aun más.