ᵗᵒᵐᵒᵉ (ᵏᵃᵐⁱˢᵃᵐᵃ ᵏⁱˢˢ)

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Era un día como todos los demás, te encontrabas en el santuario, llevabas hablando con Mizuki un par de horas. Era una tarde bastante agradable, simplemente perfecta.

-bueno Mizuki. Creo que saldré a pasear por ahí.
-esta bien, nos vemos otro día.
Luego me dirigí a donde se encontraba Nanami para avisarle que ya me retiraba.
-Nanami, ya me voy. Gracias por invitarme, nos vemos luego.
-Adiós, __.- Se despidió la chica con un abrazo.
Me encontraba en la entrada, a punto de salir, si no fuera por Tomoe.
-adiós tomoe. ¿Te podrías mover? Por favor.
-no. Es muy tarde para salir, puede pasarte algo.- dijo serio.
-Gracias por la ¿preocupación? Pero no puedes controlar cuándo puedo salir. Aún es temprano, son las 7:20.

El chico solo se movió, dejándote pasar. No querías ponerte a discutir con él, asi que internamente agradecías su acción.
Era una tarde bastante agradable, no había mucha gente en las calles y la temperatura era la ideal.
Los colores que pintaban el cielo, el olor a café en el ambiente y la tranquilidad que había hacían de ese momento simplemente perfecto.

Decidiste parar en un parque para descansar un rato. Te pusiste tus audífonos para escuchar música mientras veías a las personas pasar a tu alrededor. Justo en ese momento, sentiste que algo cayó en tu cabeza. Muchas pelotitas blancas comenzaron a caer del cielo, fríos copos de nieve comenzaron a acumularse en el suelo, adornandolo.
-Oye, __.- Gritó una voz, la cual se calló al recibir una pequeña bola de nieve de tu parte.
-¿qué haces aquí, Tomoe?
-Nanami me dijo que fuera a ver cómo estabas.- era mentira, ¿cómo iba a saber dónde estabas?.- me dijo que te diera esto.- el chico te dio una chaqueta.
-oh gracias.- te la pusiste.- que amab-
Tu oración se cortó, el albino te había tirado una bola de nieve en la cara.
- ¡Oye!
- tú comenzaste.-
Y así comenzaron a jugar con la nieve que, con el paso del tiempo, se había multiplicado.
-esta bien, me rindo.- dijiste levantando las manos, estabas toda llena de nieve.- ¿tregua?
El chico te miró desconfiado, se acercó a ti y, rápidamente, sujetó la mano que tenías en la espalda, haciendo que la bola de nieve que tenías cayera. Acto seguido el chico te tiró una bola de nieve en la cabeza y agitó tu mano, aceptando tu derrota.
-la próxima vez ganaré.- hiciste una pausa para pensar.- ¿quieres hacer un muñeco de nieve?
Él solo se limitó a mirarte y seguirte la corriente.
Habían terminado, hicieron 3 muñecos.
-ese de ahí eres tú, porque se ve como enojado. El de la otra esquina es un perrito... lo llamaré yuki.
-entonces eres la del medio, porque eres deforme.-
- que cruel.- te reiste, sabías que era una broma.
- creo que deberíamos irnos, ya es de noche y sigue nevando.
- creo que es una buena idea.

Hablaban mientras caminaban, a veces se quedaban callados o reian. El chico se tropezó con una piedra, trataste de sostenerlo pero te caiste también, el piso estaba bastante resbaladizo.
Cuando se levantaron, Tomoe no te miraba por lo avergonzado que estaba, incluso tenia un leve color carmesí en sus mejillas. Al notar esto, soltaste una pequeña risita.
-¿Qué?-. Dijo mirándote serio, con el ceño fruncido.
- Nada, no te preocupes.- le sonreiste.
Finalmente llegaron a tu hogar.
- gracias por acompañarme.-
- ¿tenía opción?.-
-bueno, ignoraré tu comentario. Adiós, lo pasé muy bien, nos vemos.
- adiós.- el chico jugó con tu cabello, despeinándolo.
-¡Oye!-.
- perdón.- el chico se rió.
-Descansa.- depositaste un beso en su fria mejilla y cerraste la puerta.
El de ojos morados quedó un poco confundido con tu acción, luego de unos segundos viendo la puerta ya cerrada, decidió comenzar a caminar para llegar al santuario.

one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora