ᴷᵃᵍᵉʸᵃᵐᵃ (ʰᵃⁱᵏʸᵘᵘ)

246 7 0
                                    

Tu y el pelinegro se llevaban mal, bastante mal. No sabías cuando comenzó este odio mutuo.
Decidiste cambiarte de colegio en secundaria, habías pasado toda la primaria con el chico. No solo te cambiaste por él, sino que los ingresos de tu familia eran pocos, por eso te cambiaron a una secundaria pública. Con ayuda de otros integrantes de tu familia, poco a poco fue mejorando su situación económica y, finalmente, habías ingresado a la preparatoria Karasuno.

¡oh sorpresa! La primera persona que te encontraste fue... Kageyama Tobio. Tu cara se deformó, estabas muy sorprendida de verlo ahí, rápidamente tu seño se frunció.
Solías competir con él en casi todo, calificaciones, volleyball... y habían desarrollado una rivalidad que, posteriormente hizo que no se soportaran.
Y ahí estabas, parada frente al chico que siempre odiaste. Había cambiado un poco desde la ultima vez que lo viste, estaba muy alto. Pasaste a su lado, ignorando completamente su presencia e ingresaste a la preparatoria.

Ya estabas en el salón, viendo a los que serían tus futuros compañeros. No planeabas hablarles, así que esperaste que alguno se acercara. El primero que lo hizo fue Hinata, quien te habló animadamente, logrando entablar una conversación bastante agradable y sencilla.
Pasaron un par de meses y...
-atención alumnos, junto al director hemos decidido que haremos una actividad fuera del colegio. Consistirá en hacer sendirismo, caminaremos por una montaña y, posteriormente, haremos actividades para unir los lazos entre compañeros- dijo el profesor.- necesitamos un permiso de sus padres, así que tienen hasta el miercoles para traerlo. El jueves será la actividad.- agregó.

Pasaron los días y finalmente, llegó el jueves, día en el que se realizaría el paseo. El colegio contrató un autobus para que los llevara y los trajera de vuelta.
-decidimos hacer parejas en el autobus, para que comienzen a convivir con otras personas.- dijo el profesor mientras comenzaba a decir los nombres de tus compañeros.
-Kageyama Tobio y Tn Ta-. Miraste a Hinata. El sabía lo mucho que odiabas al pelinegro, y te entendía. Pues el chico, al inicio también se llevaba mal con él, pero poco a poco se conocieron mejor.

Te sentaste junto a la ventana, preferias ver el paisaje que tener que verlo a él. Minutos después, sentiste que alguien se sentaba a tu lado. Obviamente era el chico, pero no le ibas a hablar, sentarte con él ya era un fastidio. Fue el viaje más incómodo y largo de toda tu vida. Se bajaron del autobus y los profesores se pusieron a decir las reglas que tenían que seguir para evitar accidentes. Finalizando esto, comenzaron a caminar.

Eras de los primeros, estabas adelante... tus compañeros eran un poco flojos y caminaban lento. Pero poco a poco fuiste retrocediendo, porque te distraías viendo las plantas, los animales y el paisaje en general. Finalmente quedaste de última.
Te distraiste nuevamente con una lagartija y, comenzaste a seguirla, cuando la perdiste, decidiste seguir caminando con tus compañeros, pero no estaban.
Te alarmaste, te habías perdido muy rápido. Comenzaste a buscarlos pero, no lograbas nada. Te tropezaste, cayendo de una altura de 1,60 m aproximadamente. Te lastimaste la rodilla, habías impactado contra una roca, haciendote sangrar bastante.

Buscaste en tu mochila algo para controlar la hemorragia, la limpiaste con agua y seguiste caminando con dificultad. Sentías que una aguja se te clavaba en la rodilla a cada paso que dabas. Era un dolor insoportable.
-Tsk...T/a.- escuchaste.- el profesor me mandó a buscarte-. Dijo sin mirarte
¿Por qué el universo parecía juntarlos?
-esta bien.-dijiste friamente, mientras dabas un paso, para soltar un pequeño jadeo por el dolor.
Kageyama te miró y, se fijo que de tu rodilla brotaba sangre.
-estás sangrando, no puedes caminar-.
-claro que puedo, yo conozco mis limites-. Dijiste mientras caminabas; error, otra punzada en la rodilla hizo que te cayeras.
-mira, no hagamos las cosas más difíciles de lo que ya son. Tu me caes mal y yo te caigo mal, nada que hacer al respecto. Pero una vez, solo una, tenemos que trabajar juntos para volver con los demás. ¿Entiendes?-. Dijo tratando de mantener la calma, mientras se acercaba.-te voy a llevar.
-¿q-que? No. Yo puedo sola-.
El chico vendó tu herida con una polera/camiseta, poniendo presión en la herida y así, evitando que siguieras perdiendo sangre.
-te acabas de caer, idiota. Mira, si sigues resistiendote no vas a lograr nada-. Dijo molesto, mientras se agarraba la nariz.- ahora súbete.
No tenías opción, te subiste en los brazos del chico, apoyándote en sus hombros.

Te sonrojaste, estabas avergonzada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Te sonrojaste, estabas avergonzada. No querías depender del chico para que te llevara. ¿Qué dirían los otros si los veían llegando así?
-ten más cuidado la próxima vez- dijo repentinamente.
-¿por qué estás siendo amable?-. Dijiste extrañada.
-he cambiado desde primaria, te recuerdo que han pasado muchos años-. Se limitó a decir
El camino desde ahí fue silencioso, finalmente llegaron donde los demás.
Hinata los vio y sonrió pícaramente, mientras les sacaba una foto.
Lo miraste entre enojada y sonrojada.

No pudiste participar de las actividades, pues todas eran actividad física. Llegó la hora de irse, cada uno buscó su asiento en el bus.
-gracias-. Dijiste sin mirarlo
-¿hmm?-.
-por llevarme-.

Desde ese día, Hinata comenzó a molestarlos.
-¡Hinata! No me gusta Kageyama.
Le decías siempre.
Shouyo siempre decía que veía química entre ustedes.

El chico quería ver el mundo arder, así que te dio un empujón hacia Tobio,por lo que te caiste.
-deberías fijarte por donde caminas-. Te dijo mientras te extendía su mano.
-fue Hinat-. El chico había desaparecido.

Como el pelirojo jugaba junto a Kageyama, a veces salían juntos de entrenar y te invitaban. Solías aceptar sus invitaciones hasta que...
Comenzaste a cuestionarte los sentimientos que tenías por Kageyama. No podía gustarte. Tu lo odiabas o eso creías hasta hace poco.
Evitabas a Kageyama.Era tu forma de evadir lo que sentías y pensabas. Estabas confundida, te negabas a aceptarlo.
-tn, ¿quieres salir con nosotros? Vamos a comer pizza-. Dijo Hinata
-no puedo-. Te limitaste a decir.
-pero nos has rechazado todas las invitaciones esta semana-. Dijo triste.-
-lo siento.- te fuiste.

Alguien tocaba tu puerta, decidiste abrir. Era Hinata.
-tenemos que hablar-. Dijo
-¿sobre qué?-.
-¿Por qué rechazas cuando te invitamos con Kageyama, pero si aceptas cuando te invito yo?-.
-no quiero interrumpir su cita-. Dijiste divertida.
-sé que no es eso, te conozco-. Pensaste si decirle o no.
-digamos que... estoy confundida respecto a lo que siento por... ya sabes. Sé que no es muy maduro pero, lo evito porque no quiero sentir cosas por él-.
-pero Tn, no puedes evitar tus sentimientos. Son completamente válidos-.
-pero de todas las personas, ¿por qué él?-. Dijiste.- siempre nos hemos llevado mal y sé que me odia.
-nunca sabrás si no se lo dices.
-¿¡estás loco!? No pienso decirle.
-¿le tienes miedo al rechazo? ¿Es eso? Todos tienen miedo de confesar sus sentimientos, pero ¿y si hay podibilidad de que también le gustes?
-¿y si no?-.
- es peor arrepentirse por lo que no has hecho... "¿Y si hubiera hecho...?" "¿Qué habría pasado si...". No pierdes nada intentándolo.
-no soy buena con las palabras, shou, y tú lo sabes...
-escríbele una carta, yo se la entregaré-. Lo pensaste...
-hmm esta bien-.
Escribiste la carta junto a hinata, era el mejor amigo que podías tener. Era muy tierno y siempre te alegraba los días.
-gracias Hinata-. Le pasaste la carta y lo abrasaste-.

Al dia siguiente Kageyama se acercó a ti, te tomó el brazo y te llevó a unas bancas.
-¿qué significa esto?-. Te miró, sosteniendo la carta.
-ehhh... lo que dice. Te sonrojaste
-¿te gusto?
Asentiste con la cabeza.
-no pensé que serías tan tímida a la hora de confesar tus sentimientos.-dijo, recordando la vez que insultaste a un chico más grande que tú por haberse tropezado accidentalmente contigo. No fuiste nada tímida esa vez.
No dijiste nada.
Te tomó de las mejillas, mientras se acercaba.
-también me gustas-. Te susurró.
Un escalofrio recorrió tu cuerpo, ¿qué se supone que se hacía en esta situación?
Ambos se quedaron callados, no sabían que hacer en una situación como esa.
Unas manos juntaron las cabezas de ambos.
-¡beso!-. Gritó hinata con una sonrisa maliciosa. Nadie sabe de dónde salió.
Los dos se miraron avergonzados y se separaron.
Le agradecerías después a Hinata por eso.

one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora