one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмe

ᵏⁱᵇᵃ (ⁿᵃʳᵘᵗᵒ ˢʰⁱᵖᵖᵘᵈᵉⁿ)

⚠️ inspirado en "oυr ѕecreт dιary" ⚠️

Me encontraba sentada en mi pupitre, tomando nota en mi pequeño cuaderno. Sonó la campana, indicador de la finalización de esa clase.

Esperé a la Hyuga en la entrada del aula, pues ella tarda un poco en guradar sus cosas. Cuando me divisó, una pequeña sonrisa se formó en su rostro. Sacudió su mano, en forma de saludo.

—Un poco aburrida la clase, ¿no Hinata?
—l-la encontré un tanto int-teresante—Se limitó a decir la chica.

Hinata es una persona de pocas palabras, pero aún así, sabe que decir en los momentos indicados. 

El timbre sonó nuevamente, ambas nos dirigimos a nuestro salón y nos sentamos, esperando al profesor.

Agarré mi cuaderno y lo puse sobre la mesa. Un pequeño papel arrugado se cayó de mi banco. Me agaché y recogí el escrito, lo sostuve entre mis dedos por unos segundos. ¿De dónde habrá salido?

Decidí abrirlo.

Primero error...

¡Me gustas!

—Kiba

¿Qué? ¿Qué clase de broma pesada es esta?

Sostuve el papel en mis manos, no sabía que hacer. Inmersa el mis pensamientos, ese molesto sonido volvió a sacarme de las nubes. La clase había finalizado.

Creo que te has equivocado de persona.

Dejé finalmente la nota bajo mi banco y salí de la sala. Las clases de ese día habían terminado.

En el camino a mi casa, estuve pensando  sobre aquel papel. Estuve toda la tarde distraida e incluso no pude dormir bien.

Después de una tortuosa espera, ya era la mañana del siguiente dia. Terminé rápidamente de alistarme y fui fugazmente a la escuela. Era de las que solía llegar justo a la hora, esta vez fui la primera en llegar.

Me dirigí a mi pupitre, encontrándome otro papel.

No me equivoqué de persona, Hinata. Me gustas tú.

Ya lo entendí todo, La Hyuga se sentaba a mi lado, por eso la confusión. Tenía que decirle al castaño. Así que esperé pacientemente su llegada, cuando divisé su desordenada cabellera y ruidoso perro, supe que era él.

—¡Kiba! Oye, tenemos que hablar.
—¿ah?

El chico se acercó a mi puesto, sus ojos parecieron abrirse con sorpresa.

—Mira, voy a ser directa. Este es mi puesto —le mostré con las manos—. este es el de Hinata.

Me miró expectante.

—Te equivocaste de pupitre —saqué la nota de mi bolsillo y se la enseñé—. Hinata se sienta al lado.

El chico me miró sorprendido y con un sonrojo notable, finalmente se dirigio hacia mi.

—Tú y Hinata se llevan bien, ¿no es así? —asentí—. ¿Podrías ayudarme con ella?

—Claro.

Segundo error.

—¡Muchas gracias! —me abrazó fuertemente, mientras Akamaru lamía mi mejilla.