ʳᵉⁿᵍᵒᵏᵘ (ᵏⁿʸ)

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Conocí a Rengoku cuando él tenía 17, siempre me interesó el tema de los demonios y, cuando se me presentó la posibilidad de aprender a ser una mata demonios... la tomé sin dudarlo.
Mi meta era ser un pilar como Rengoku y, en sus tiempos libres, los hashira me ayudaban a practicar.
Rengoku... siempre me llamó la atención. Su dedicación, fuerza y su personalidad un tanto... exaltada, era lo que me hacía notarlo. "Estoy aquí" parecía decir cuando lo veía.
Ese día me había tocado entrenar con él.
-Estas distraida-.
Me quedé mirándolo.
-c-creo que deberíamos dejarlo para otro día-. Dije apenada.- creo que no estoy en mi 100%. No voy a hacerte perder el tiempo-. Dije para alejarme, dejando al chico un poco confundido. Me volteé-. Gracias por tu tiempo.

Fui a la finca mariposa, quería hablar con shinobu. Algo no estaba bien.
La encontré y comenzé a contarle lo que estaba pasando en mi cabeza.
-oh... estás enamorada-. Dijo tranquilamente.
¿Enamorada? ¿De Rengoku? Esta bien, puede ser que me atraiga un poco y, puede ser también que su personalidad me irradia confianza, seguridad y tranquilidad. ¿Pero enamorada?

Volví a mi hogar, pensando en lo que me dijo la chica. ¿Y si todo lo que sentía por el chico no era solo "admiración"?
Lo pensé mucho mientras me acostaba en mi cama y, siempre llegaba a lo mismo. Todo apuntaba a que me gustaba el pilar de fuego... eso complicaba un poco las cosas, pues lo veía a diario.
Después de todo este tiempo, siempre estuve enamorada y nunca me di cuenta...

Pasó el tiempo, Rengoku ya tenía 20 y yo 19, nos habíamos hecho grandes amigos, pero mis sentimientos por él nunca cambiaron.
Una misión peligrosa se acercaba, no quería que el chico fuera, pero no soy nadie para negarselo.
-rengoku... ten cuidado por favor. Aun me debes ese ramen-. Dije tratando de tranquilizar el ambiente, pues había algo de tensión. Sabía que algo no estaba bien, en lo más profundo de mi corazón... sabía que no nos volveríamos a ver.
-no te preocupes, tn... ¡yo cumplo mis promesas!-. Dijo, mientras me daba una rosa, mi flor favorita.- cuando vuelva, plantaré la rosa. Cuidala por mi.
-la cuidaré, n-no te preocup...- mi voz se cortó, había un nudo en mi garganta... ¿era esta la despedida?-.
-hey... no te preocupes, volveré-. Dijo mientras limpiaba mis lagrimas-.
El chico caminó un poco, para luego voltearse y darme una sonrisa, esas que tanto me gustaba ver.

Días después, recibí la noticia. ¿Tan poco le importaba a los otros pilares? No demostraron ningun signo de tristeza... me molestó su indiferencia.
Lo que me rompió el corazón fue la carta que me llegó después, la cual fue entregada por Tanjiro.

"Si estás leyendo esto, es por que ya no estoy... quería tener la oportunidad de despedirme correctamente de ti. Lo siento. No podremos comer ese ramen y tampoco podré plantar esa rosa. Pero... tu puedes.
En su momento no pude explicártelo, pero las rosas rojas, esas flores que tanto te gustan... simbolizan el amor y la atracción. Y eso es lo que siento por ti, me gustas mucho, perdóname por no poder protegerte más.
Pero te conozco, eres una persona fuerte, con una llama en tu corazón que no se apagará tan facilmente. Por eso, sé que estarás bien. Quiero que sepas que lo que pasó no es tu culpa, que no podías hacer nada para evitarlo y tampoco iba a dejar que fueras a esa misión.
Te amo, siempre estaré contigo, aunque no sea físicamente.
Adios, mi querida Tn."

Lágrimas brotaron de mis ojos. Sus palabras me atravesaron. Las cosas pudieron ser diferentes, si hubiera estado con él, tal vez ambos podríamos haber matado al demonio de mierda.

No me esperaba su declaración, me hizo sentir tan llena pero a la vez, su partida me hizo sentir tan vacía. Es un sentimiento difícil de explicar. Pero después de todo...

Sigo enamorada de ti...

Pasaron los años, mi motivación se fue desvaneciendo y con ella, mis ganas de vivir. Pero no quería rendirme, Rengoku confiaba en mí y mi fortaleza. Tampoco quería hacer sentir mal a mis seres queridos, así que di mi mayor esfuerzo. No me malinterpreten, mis razones de vivir no dependían de Rengoku, pero él era parte importante de mi vida y le daba cierto color a esta. Una pérdida se puede confrontar de muchas formas diferentes.
En mi tiempo libre solía comprar varias rosas rojas y las plantaba en el jardín. Eran lo único que me quedaba de él, lo único que me hacía sentir su calor.

Ya habían pasado algunos años, seguía matando demonios, mi misión era asesinar a todos los que me cruzara. No permitiría que otro inocente muriera por un demonio. Pero finalmente... morí en manos de uno.

-¿Tn?
Escuchaba una voz, pero no podía abrir los ojos.
-Tn
Comenzé a abrir mis ojos, viendo una silueta.
-¡TN!
Unos brazos rodearon mi cuerpo, extrañaba esa calidez.
-¿Rengoku?-.
-Tardaste mucho-.
-no sé si eso es bueno o malo-. Dije divertida.
El chico me sonrió con su característica sonrisa.
-¿dónde estamos?-. Dije confundida-. ¿Estoy muerta?
-no lo sé con exactitud, pero sí, estamos muertos-.
-te extrañé mucho-. Dije con lagrimas en mis mejillas.
-también yo... nunca pude escuchar tu respuesta y... me genera mucha curiosidad... ¿qué opinas de la carta?-.
-nunca pude decírtelo... pero siempre estuve enamorada de ti, sigo enamorada de ti y estaré enamorada de ti-. Dije sin mirarlo, esto de las declaraciones no es lo mio.

El rubio me abrazó, correspondí tímidamente su abrazo, disfrutando de la compañía que me hizo falta por mucho tiempo.
Nada importaba, solo eramos él y yo, nosotros contra el mundo.

one ѕнoт y eѕcenarιoѕ anιмeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora