➶golden hour―chat noir.

𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘥𝘰𝘤𝘦―𝘣𝘶𝘳𝘣𝘶𝘫𝘦𝘰.

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En pocos minutos era el cumpleaños de Adrien, y él estaba en mi casa. Como era costumbre, siempre venía a mi casa, por al menos todas las noches. Y viceversa.

—¡Feliz cumpleaños! —dije abrazando al rubio con emoción cuando se hicieron las doce, al parecer cumplía el dos de octubre.

—Feliz cumpleaños, Adrien. —dijo Plagg uniéndose al abrazo, seguido de Trixx

—Gracias. —susurró él mientras acariciaba mi cabello, nos quedamos un rato así hasta que me aparté.

—Tus regalos... —dije con emoción mientras sacaba una bolsa grande que estaba debajo de mi cama.

—No hacía falta. —se rió él mientras se sentaba en la silla de mi escritorio.

—Claro que sí. —dije yo con emoción para sacar la primera envoltura, estas eran las pulseras del hilo rojo.
Las abrió y sus ojos se llenaron de brillos.

—Aw. —dijo con emoción mientras las sacaba.— El hilo rojo. —susurró para ponerse el brazalete.

—Las hice yo, con hilo encerado. —inquirí con algo de vergüenza pero su sonrisa solo aumento.

—¡Que tierna! —dijo mientras sobaba mi cabeza burlonamente, haciéndome reír. Yo me puse la otra también.

—Le sigue... —saqué el peluche que era más grande que mi cabeza, era un zorro tierno y otro un gato negro.— el mío es el gato.

—Que linda. —dijo mientras abrazaba al peluche.

—Y por último... —dije mientras le entregaba la réplica exacta de los tres superhéroes, eran como muñecas pero eran de muy buena calidad. Éste rió al verlas. Entonces saqué un queso.— Y para el kwami del mejor portador del mundo, un queso camembert con diez años de maduración, cremoso y todo.

El pequeño ser negro se sorprendió.

—¡Mi precioso! —dijo con emoción para acurrucarse en él, haciéndonos reír.

—Y para el kwami de la mejor portadora del mundo. —dije para entregarle una bolsa de uvas a Trixx.— Uvas bañadas en chocolate sin semilla.

—Ay, te luciste con los regalos (____). —dijo ella uniéndose a la risa. Quedamos un rato más hablando sobre los regalos hasta que llego la hora de irse de Adrien.

—Cada chancho a su rancho. —habló él mientras se levantaba y se transformaba en Chat Noir.— Nos vemos mañana, milady.

Salimos al balcón juntos y nos quedamos mirándonos a los ojos.

—Hasta mañana, Adrien. —dije depositando un beso lentamente en su mejilla.— Feliz cumpleaños.

Entonces su rostro se tiñó de rojo y sonrió.

—Descansa. —dijo el para devolverme el beso en la mejilla, me hizo sonrojar y lo vi irse. Suspiré enamorada.

—¿Será que estoy enamorada, Trixx? —preguntó ruiseña.