➶golden hour―chat noir.

𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘤𝘢𝘵𝘰𝘳𝘤𝘦―𝘤𝘭𝘪𝘮𝘢 𝘵𝘦𝘮𝘱𝘦𝘴𝘵𝘶𝘰𝘴𝘰.

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Cada día estaba más confundida con todo esto del orden cronológico, al parecer estábamos en tormentosa. Alya tocó el timbre del departamento de Marinette y ésta abrió casi de inmediato.

—¿Alya, (____)? —dijo la azabache con sorpresa.

—¡Te tengo una noticia increíble! —habló la pelinaranja mientras ponía el celular en la cara a Marinette.— Adivina quién se está tomando fotos en el parque.

—¿Ahora? ¿Adrien está en el parque? —preguntó mientras le quitaba el teléfono.— ¿Ahora mismo?

—Mientras hablamos... —dijo cantora Alya.

—¡Dios mío! —inquirió nerviosa la pelinegra.— ¿Y qué le voy a decir?

—Lo mismo de siempre. —habló Alya mientras imitaba a nuestra amiga, haciendo gestos raros.

—Basta... —habló graciosa Marinette.

—¿Quienes son ellas? —preguntó Manon mientras se escondía en las piernas de la azabache.

—Ups... olvidé este pequeño detalle. —se rió la ojiazul.

—¿Y quién es esta princesa? —hablé con emoción, si quiero que Marinette tenga su sesión de fotos con Adrien, debo ganar la confianza de la pequeña.

—Es Manon, hija de una amiga de mí mamá, la cuidaré toda la tarde. —habló simpática la pelinegra pero luego se paró a pensar.— ¡Ah! Ay no, no puedo salir.

—Déjame adivinar, otro favor al que no te pudiste negar. —habló Alya con gracia.

—No... me pude negar. —admitió Marinette.

—Escucha, no hay problema, yo cuidaré al pequeño detalle por ti. —le sonreí a mí amiga. Entonces Manon se fue a jugar mientras reía.

—Gracias, pero es mí responsabilidad. Le dije a su mamá que lo haría, entonces... —no la dejé terminar.

—Entonces iremos a pasear al parque. —propuse con emoción.

—¡Ay! ¡Manon, eso no! —gritó la azabache cuando se escuchó un ruido, empezaron a corretear por toda la sala.— ¡Manon, ven acá!

—Eres muy débil, Marinette. Yo debo cuidar a mis hermanas todo el tiempo. —se rió la pelinaranja.

—Entonces, Lady Manon. —empecé llamando la atención de la pequeña.— La bruja del pueblo me ha pedido encontrar sus cromos, y a cambio me diría dónde encontrar al unicornio de pelo mágico. ¿Me ayudas? —alcé a la niña y ella se rió.

—¿Y que hace ese unicornio? —preguntó extrañada.

—Pues dicen que si tocas su pelo, ¡Todos tus deseos se harán realidad! —empecé a girar con la niña mientras ella reía y la coloqué en mis hombros.

—¡Corre como el viento, tiro al blanco! —pronunció entre risas.

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