➶golden hour―chat noir.

𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘦𝘤𝘪𝘴𝘦𝘪𝘴―𝘩𝘰𝘳𝘳𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰𝘳𝘢.

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—Agente Smith, es muy peligroso. Debemos evacuar. —dijo el rubio, estábamos haciendo una presentación para producción audiovisual en clases.

—¿Está sugiriendo escapar, agente Jones? —habla Mylene, mientras estaban escondidos debajo de un escritorio.— ¿Justo después de que devoró a mi familia, amigos y a mi amado perro Sniffles? Jamás, no correré. Ya no le tengo miedo, lo voy a enfrentar, luego... —entonces ésta gritó, escondiéndose debajo del escritorio.

—¡Corte! —digo yo con las manos en la cabeza, ya habíamos tratado de hacer esta escena muchas veces.

—Lo siento, Mylene. —habla Ivan, el responsable de su susto.

—Mylene, es como la décima toma que hacemos y apenas estamos en la primera escena. —habló Nino, el segundo director.

—La catorce, en realidad. —bromeó Alix.

—Yo... lo siento. —dijo ella asustada.— Lo voy a hacer mejor en la próxima toma ¡Lo prometo!

—¿Alguien quiere té? —dijo rosita con la tetera en las manos.

—Eres una heroína de las fuerzas especiales, ya no eres Mylene, eres la agente Smith. Métete en el personaje. —le hablo yo.— No tienes que asustarte.

—Lo sé pero... la máscara es tan real, da tanto miedo. —suspiró ella.

—Soy yo, Mylene. No hay por qué tener miedo. —habló Ivan mientras jugaba con la máscara.

—Ha, si me preguntan, ni si quiera necesita la máscara. —se burló Chloé.

—Menos mal que nadie te preguntó, entonces. —digo yo riéndome para recibir una queja suya.

Entonces Nino se acercó a hablar con Ivan y Mylene.

—Solo debo calmarme y cantar mi canción feliz. —susurra la más bajita mientras se alejaba.— Lobo oloroso, lobo oloroso.

Levanté una ceja, entonces se chocó con Adrien, asustándose.

—¡Y el Óscar al gato más patetico, con miedo a su propia sombra se lo lleva Mylene! —se ríe la rubia malévola. Me sentía mal por ella.

—¡Pues que lástima que no exista un Óscar para la persona más descerebrada, estoy segura de que ganarías algo en la vida, Chloé! —me reí yo y todo el mundo me acompañó, me sentía un poco mal porque yo generalmente no era contestona, pero la rubia me sacaba de quicio.

Mylene salió corriendo mientras lloraba, Marinette la acompañó pero volvió.

—¿Nadie irá a buscarla? —pregunta.

—¡Mylene, espera! —dijo Ivan sacándose la máscara para ir tras ella.

—¡Épico, Chloé! ¿Qué vamos a hacer ahora sin nuestra actriz principal? —se quejó Nino.

—¿Quién la necesita? —habló Chloé. — Era muy mala.

—¡Tu eres mala! ¡Mylene está llorando en el baño gracias a ti! —gritó Ivan desde la puerta.

—¿Yo, mala? —se rió la rubia.

—¡Oigan, oigan! ¡Tranquilos! —inquirió Marinette, susurrándole algo a Ivan.— Pero pelear no va a hacer nada, yo soy la productora y haré lo que pueda para terminar de filmar hoy.

—El plazo para el Festival de cortos de estudiantes parisinos es mañana en la tarde —comenzó Max mirando su teléfono.—, precisamente en 26 horas, 15 minutos y 14 segundos a partir de ahora.