𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘷𝘦𝘪𝘯𝘵𝘦―𝘵𝘪𝘵𝘪𝘳𝘪𝘵𝘦𝘳𝘢.

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Corría con Marinette y Alya hacia la estación del metro, íbamos a ir a una firma de un libro para Alya y luego a ver una película, no sabía cual era.

Mientras estábamos en camino yo pensaba en toda la situación. Por ahora no puedo creer que estoy en el universo de mi serie favorita.

Con personajes que me hacen sentir una más.

—La película es en treinta minutos. —decía la azabache mientras veía su celular.— O primero podemos comprar tu libro y ver otra función.

—Como quieras, amiga. —habló la pelinaranja, entonces fue cuando vió a mi izquierda.— ¡Ah, Marinette, a las nueve!

—No hay funciones a esa hora... —dijo extrañada la recién nombrada.

—No a esas nueve. —me reí yo para hacer que mirara a mi lado, estaba Adrien subiendo al metro ¿Por qué razón? Nunca lo entendí. Se supone que tiene a su chófer.

—Wow... es Adrien. —dijo nerviosa la azabache, pero no tanto como se la veía en la serie. En la animación la pintaban como si fuera una niña de doce años, pero ahora es distinto.

Se ve más indiferente hacia Adrien últimamente, en su lugar tiene algunas actitudes raras cuando estamos a solas, o hacemos contacto visual o sin querer rozamos nuestras manos.

Solo espero no alterar de más la línea temporal.

De todos modos sé que Adrien y Marinette están destinados.

Pero entonces las palabras de mi kwami vinieron a mi cabeza. "El futuro no está escrito", querida Trixx, cuando estás en una serie si lo es.

—¡Rápido! —Alya nos arrastró para entrar al tren, a poco tiempo de cerrarse.

Ya iba un buen de tiempo que Marinette veía por la ventana al rubio, quien estaba perdido en su celular.

—¡Me pregunto en qué estación bajará! —habló la peliazul con energía.— ¡Tal vez va a ver la misma película! ¿Qué tan genial sería eso? Pero espera... así podría pensar que lo estamos siguiendo, como acosadoras. Ja ¿Yo una acosadora? Aunque lo siguiera, claro, no lo estaría acosando ¿A quién engaño?

—¿Con quién hablas? —se rió la pelinaranja.

Entonces se dirigió a la ventana, viéndolo muy de cerca, al parecer Adrien se dio cuenta de ésto ya que giró su cabeza en nuestra dirección.

Alya y yo lo saludamos con la mano pero la azabache se escondió detrás nuestro.

—Está saludando. —habló una cantora Alya mientras mantenía la sonrisa en su rostro.

—Ay no, ¿Ahora que hago? —inquirió Marinette.

—Saludarlo también. —dije yo obvia, entonces la pelinaranja de alguna forma hizo que también apareciera a nuestro lado. El ojiverde se sorprendió pero de igual forma siguió saludando. De un momento a otro, Alya estaba siendo transformada en Lady WiFi.

—¡Alya! —gritamos yo y Marinette al mismo tiempo.

—¡¿Qué está pasando?! —se preguntó con terror, pero su voz ahora era distinta y su actitud también.— ¡Marinette, dame los peluches de Ladybug y Chat Noir!

—¿Lady Wifi? —preguntó ella.

—¡No, soy titiritera! —habló haciendo un berrinche.— ¡Y quiero esos muñecos ahora!

—¿Titiritera? ¿Muñecos? —se preguntó la azabache.— Yo... no los tengo. Están en mi casa ¿Por qué los quieres, Titiritera?

—¡Porque dijiste que me los prestarías! ¡Y luego mami dijo que no! —actuó ésta de forma infantil.— Así que damelos ahora ¡O lo vas a super lamentar!

➶golden hour―chat noir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora