¿Y Si Nos Vemos De Nuevo? (Skrillex & tu) ||Terminada||

#20 ¿Quieres dormir conmigo?

Llegamos a la habitación del hotel cansados, o bueno, por lo menos yo lo estaba... Me tumbo en la cama boca abajo y doy un gemido a manera de molestia, me dolían las piernas y el frió que hacía no abonaba mucho, siento como sonny suspira con algo de alivio y luego se tumba en la cama de al lado ¡quiero que esté conmigo! Gritó mi subconsciente, el frío ya me hacía delirar. Necesito calor, de SU calor y creo que ahora estoy demasiado consciente como para retractarse por lo que hice.

Me siento en la cama y saco mis zapatos de un puntapié, levantándome para quitarme la chamarra y arrojarla sobre la almohada. Miro la hora; eran casi las nueve. Me froto los ojos y me siento en la cama de Sonny. Sin pensar en nada más, gateo hacia arriba y me acurruco a su lado. Puedo sentir cómo sus músculos se tensan, pero sin importarme, me incorporo más en su pecho. Él me rodea con uno de sus brazos, expande el pecho y luego libera el aire tranquilamente. No había dicho nada, pero mis mejillas ya empezaban a arder y mi corazón latía tan rápido como si hubiera corrido a toda velocidad. Esto era algo que yo no acostumbraba a hacer. ¿Ya se dan cuenta de cuánto quiero a este greñudo? Y la palabra "querer" se queda corta.

-¿Tienes mucho frío? -Pregunta, claro que hacía frío, pero para ser sincera principalmente hice esto porque quiero estar así con él, porque me gusta y no quisiera que esta pequeña farsa se termine nunca.

-No. -Le contesté con voz aterciopelada, podía imaginarme sus labios pintados con esa linda sonrisa.

Me quedaría así para siempre; su olor embriagante invadía mi respiración, era hipnótico. Ya había pasado una hora y ninguno de los dos había hablado, cada uno sumergido en sus propios pensamientos. Ahora sentía que me sería más difícil soltarlo, pues estaba bien aferrada a él. Lo bueno es que estaba oscuro.

-Vamos pequeña, levántate. -Dice en un hilo de voz, yo obedezco e inmediatamente me siento en el borde de la cama dándole la espalda, no quería que me viera, estaba con las mejillas más rojas que nunca y si lo notaba todo sería más vergonzoso.

-Me voy a cambiar. -Le digo bajito.

Me levanto de golpe y me dirijo hacia las maletas. Tomo mi pijama, que como ya saben es un simple suéter que me queda algo grande, y entro al baño... Desesperada, me miro al espejo; el rubor que tenía no se podía ocultar con nada. Recojo mi cabello en un chongo y me salpico un poco de agua helada en el rostro. El líquido frío y refrescante calma el ardor que tenía. Así estaba mejor. Después de cambiarme, tomo valor para salir. Las consecuencias de mi hazaña inesperada empezaban a verse: vergüenza, vergüenza, vergüenza y más vergüenza... Era lo único que sentía.

Abro la puerta y Sonny ya se había cambiado. Tenía unos shorts que le llegaban a la mitad de los muslos y una camisa blanca sin mangas. Mis pensamientos empezaron a abrumarse con toda clase de pensamientos estúpidos. Sacudo la cabeza para despejarme, pero esta vez no sirve de nada.

-B-buenas noches... -Logro tartamudear y él suelta una risita, me debo ver ridícula aquí parada.

Al momento en el que decido reaccionar voy a paso veloz hasta mi cama y ahí me sumerjo entre las cobijas obligándome a dormir, Sonny apaga las luces y yo suspiro algo aliviada, puedo escuchar como se mete en su cama hasta que al fin da un suspiro que por alguna razón me hace sentir escalofríos.

El incesante sonido del tic tac de algún reloj y el tráfico afuera me 'arrullaba' (por así decirlo). Mis ojos empezaban a pesar y comencé a cerrarlos lentamente. Me perdí en ese limbo del 'entre sueño', como cuando estás a punto de caer dormido pero aún sientes lo que pasa a tu alrededor. De repente, siento sus labios pegados a mi oído.

-Buenas noches, Bony. -Dice con voz aterciopelada y da un beso, doy un pequeño respingo seguido de una sonrisa bobalicona y antes de que se vuelva, volteo y lo tomó del cuello, mirándolo a los ojos, la poca luz que había les daba cierto brillo encantador. -¿No puedes dormir? -Pregunta, y era cierto había pasado más de media hora y cuando al fin iba a lograrlo fui interrumpida por su dulce voz. Niego con la cabeza.