.•○Capítulo VIII○•.

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(Entonces es Alemania...)

Dijo el chileno, repitiendo el nombre en su mente.

Sonrió levemente y se dió la vuelta para seguir con mi camino a su casa, si hay otra de estas salidas, le tocará a él decirle su nombre.

Cuando llegó, dejó el abrigo colgado y prendió el aire acondicionado para que esté más tibio el lugar.

Cuando ya estaba en la cama...solo se quedó mirando el techo.

— El lunes hablaré con Usa...no voy a obedecer lo que está pidiendo...aunque se enfade.—susurró, aunque no estaba muy seguro.

Pero seguido se le vino otro pensamiento a la mente.

(Alemania...)

Este sonrió un poco y solo se durmió.

(...)

Al día siguiente, el alemán ya tenía que volver a su trabajo, mientras que el chileno solo lo recibió un buen dolor de cabeza, aunque no tuvo que levantarse, ya que habían fines de semana donde trabajaba en casa.

El fin de semana de ambos protagonistas se basó más que nada en trabajar... Alemania comenzó a investigar sobre sus víctimas y para estar organizado, comenzaría a vaciar la lista el lunes. Con la idea de acabar el domingo.

Chile por otro lado, terminó los informes que le faltaban, y a parte practicó formas de decirle a su jefe que la opción de asesinato, no era buena idea, aunque claro...también estaba el que él no quería manchar sus manos.

Por suerte, había servido lo que el chileno le argumentó, ya que varios subordinados no estaban de acuerdo, ya que se ponían en peligro a ellos mismos. Por lo que el estadounidense canceló el plan aunque no quiso. La mafia europea se había salvado por el momento...

Cuando el chileno volvió a su casa, solo estuvo un rato mirando la televisión, hasta que se le ocurrió la idea de visitar a Ale, no creía que fuera mala idea, además podría llevarle algún vino de cortesía.

Al llegar a su departamento, se llevó la sorpresa de que este estaba sin camisa y con una venda en el brazo. En vez de haberse sonrojado por la vista que tenía, este solo se preocupó por el brazo, al parecer le había ido mal en el trabajo.

— Buenas tarde. Te...traje algo de cortesía pero ¿Estás bien?—preguntó con respecto a la herida.

(Oh, Entschuldigung...Ich hätte mich nicht so vorstellen sollen...) Oh, mis disculpas...no debí de presentarme así...—este tomó lo que llevaba en sus manos para seguido levantar la mirada.

(Es ist...alles gut, kein Grund zur Sorge ... und danke dafür.) Está...todo bien, no hay de que preocuparse... y gracias por esto.—solo lo dejó pasar.

En lo que el chileno vió como éste dejaba la bandeja en la mesa, notó ciertas...¿Marcas? En sus brazos.

— Disculpa que pregunte...pero ¿Qué es eso que tienes en los brazos? ¿Tatuajes?—quiso saber.

(Nun...nein, sind sie nicht...) Bueno...no, no lo son...—volteó a verlo para contestar.

(Eigentlich kamen sie aus dem Nichts ... Ich schätze, es waren "Muttermale...") La verdad, surgieron de la nada...supongo que serían "marcas de nacimiento..."—comentó de verse lo más tranquilo posible, ya que estaba inquieto.

(Es ist, wie dein "Schwanz", auch etwas Persönliches. Ich schätze, wir sind sogar dabei.) Es, como tu "cola"...también es algo personal. Supongo que estamos a mano en ese aspecto.—finalizó.

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