.•○Capítulo XLV○•.

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La noche estuvo un tanto helada, ultimamente bajo la luna la temperatura había bajado bastante, lo que les favoreció a nuestros protagonistas para dormir más apegados, bien meloso...pero mejor a que pasar frío.

Cuando amaneció, la alarma de ambos teléfonos comenzaron a sonar, haciendo que el chileno despertara un poco...a lo que solo sacó su cola al aire y la estiró hasta aquellos teléfonos, apagando las alarmas, para así seguir durmiendo.

Aunque claro...

Una hora después, este mismo despertó de golpe.

— ¡¡Weon levántate nos quedamos dormidos!!—exclamó al alemán dormido para seguido levantarse de golpe e ir a la ducha.

Este al sentir como el chileno alzó la voz y se separó de el de golpe, no pudo evitar el reclamar un poco para lentamente levantar su cabeza.

Deslizó una de sus manos hacia la mesa de noche en donde se encontraban sus lentes y celular. Tomó el celular y pudo ver que...realmente era tarde...UNA HORA TARDE.

— ¡S-scheiße!—se levantó de golpe de la cama lo que hizo que se mareara un poco.

No podía esperar mucho así que...tomó sus cosas y se dispuso a solo arreglar su cabello. En su departamento haría el resto.

Lentamente golpeó la puerta del baño para asomar solo la cabeza provocando que el vapor le llegara de golpe a la cara empañando sus lentes.

(Es ist tut mir leid, aber das wollte ich sagen...ich gehe jetzt, okay?) Es tut mir leid, pero quería decir que...ya me iré, ¿Muy bien?—tomó sus lentes y rápidamente los frotó en su pecho para seguido ponérneselos.

— Auf Wiedersehen.—se despidió.

Al llegar cerró rápido el auto para dirigirse a su departamento.

Ya ahí, no pensó en nada más que darse una ducha para luego arreglarse para el trabajo.

Y bueno...antes de salir se revisó si tenía algún rastro de cabello azul o algo.

Por suerte esta vez no tenía.

Ya después lo único que hizo fue retirarse nuevamente de ahí para manejar al edificio.

...

A medida que pasaban las horas, ambos lograron ponerse al día, para así trabajar de una forma más tranquila...

Aquel pequeño atraso quedó atrás.

Las cosas en el edificio donde trabajaba el alemán, parecía ir todo normal, como cualquier día...aunque, solo faltaba...la presencia del Polaco.

Este no había asistido.

Ya que ese día, estaba ocupado revisando unas cámaras de seguridad y unos informes que específicamente...había robado.

Al tener las imágenes de las cámaras que deseaba, sonrió satisfecho y las imprimió, tendría evidencia en físico ahora.

Pero aún no llegaba tan a fondo de dónde trabaja ese chico...decía que en una Mafia, pero aún no averiguaba en cuál específicamente, solo le faltaba aquello para llevar a cabo su plan.

Pero hoy, decidió volver a intentar algo con el alemán, por lo que no tardó en llamarlo, y solo fingir una voz quebrada para engatusarlo.

Lo cual funcionó...

Cuando este llegó a aquella casa ajena, tocó la puerta para solo ser sorprendido por un abrazo a lo que solo correspondió algo curioso.

(Nun gut, sag mir...Was passiert?) Muy bien, cuéntame...¿Qué sucede?—dijo mientras lo apartaba un poco tomándolo de los hombros.

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