.•○Capítulo XLVI○•.

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Las horas pasaban lentamente para Ale, casi sin misericordia...

Era bastante aburrido...

Es más...talvez, una pequeña visita a Chile más tarde...no le vendría tan mal...

Quería y debía despejarme, y quien mejor que con la persona que de algún modo le atrajo...

— Mjmj...—rió un poco mientras ordenaba su oficina.

Así transcurrió el día hasta que finalmente se retiró del edificio.

(...)

Al llegar a su departamento ordenó un poco todo lo que había y cocinó para bueno...no llegar con las manos vacías...

Esta vez sería sorpresa así que, nisiquiera se molestó en llamarle.

Al llegar la noche, se dispuso de preparar todo lo que traía en un bolso.

Hasta que sintió que golpearon la puerta.

— ??—se acercó a esta para abrirla de manera en la que vió quienes eran...

Empezaron a charlar con él de un tema... un tanto raro.

Al momento en el que bajó un poco la guardia, lo único que hicieron fue entrar para dejarle en el suelo.

Eran demasiados...

Antes de poder bajar su mano a uno de sus bolsillos, rápidamente le golpearon las muñecas para seguido solo golpearle la cabeza...dejándole ciego de un momento a otro.

(Ahora...en que me metí...)

(...)

El turno del chileno había pasado más rápido, aunque claro...estuvo acompañado por su amigo el mexicano y se distrajo bastante del estrés.

Cuando ya debía irse, se despidió de Mex disiendo que algún día deberían ir a beber a algún bar, este aceptó.

Manejó hasta su hogar, y una vez ahí se fue a preparar algo para comer y ordenó un poco.

Cuando acabó, solo se dirigió al sofá, pero cuando estaba a punto de sentarse.

Tocaron la puerta.

Dejó lo que estaba haciendo y solo fue a atender.

Pero en el momento en que abrió la puerta...deseó nunca haberlo hecho.

Frente a él estaban dos tipos que reconocería hasta en la luna. Eran los que lo golpearon la otra vez...

Estos no alcanzaron ni a hablar cuando intentó cerrarles la puerta, pero solo comenzaron a forcejear hasta que entraron. Cuando trató de echarlos mientras trataba de no entrar en pánico, sintió como uno le golpeaba en la cabeza.

Desde ahí fue todo negro...

(No otra vez...)

Una vez ambos inconscientes, solo se los llevaron a un lugar bastante apartado de la civilización, para que ni ellos pudieran rastrearse a si mismos.

Mientras que al alemán lo encerraron en un cuarto bastante extenso, al chileno solo mantuvieron en un cuarto pequeño...

Al parecer, cuando el británico se entero de lo que pasaba...

Quería respuestas...

Y las del polaco no bastaban para él.

Por lo que este decidió dirigirse al cuarto donde permanecía el alemán, al parecer...estaba despertando. Claro, fue golpeado, no anestesiado.

Este se ubicó cerca a él, y mientras esperó que despertara por completo, volvió a revisar aquellos informes que cierta persona le había entregado, era una evidencia muy clara de que algo había ahí.

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