.•○Capítulo XII○•.

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Una vez Chile cerró la puerta, se quedó un momento ahí parado como idiota pensando...

(¿Prefirió...quedarse conmigo?)

Aquello hizo que sus mejillas se pusieran coloradas levemente, por lo que sacudió su cabeza de inmediato.

Fue hacia la sala y decidió ordenar un poco, aún faltaba para la hora de la merienda así que...aprovecharía de ordenar un poco y ver en qué entretenerse.

Unas horas más tarde, Chile decidió llevarle algo de comer al alemán, por lo que tuvo que despertarlo para que esté comiera...

— Y dime...¿Cómo te sientes? ¿Ha disminuído el dolor?—preguntó, viendo como este comía.

(Naja...ehrlich gesagt habe ich beim Schlafen ein paar Stiche gespürt, aber...anscheinend haben sie nicht so viel gespürt, vielleicht liegt es an der Medizin?) Bueno...honestamente, mientras dormía sentí uno que otro punzón, pero...al parecer no se sintieron demasiado, ¿Talvez sea la medicina?—contestó mientras tomaba un sorbo del jugo.

(Aber abgesehen davon fühle ich mich ziemlich gut...danke, dass du dich um meine Verletzungen gekümmert hast, vielleicht wäre es schlimmer geworden, wenn du mich nicht verkauft hättest...da es in letzter Zeit nicht viele gibt Leute, die ich kenne, die seismisch sind) Pero, aparte de eso, me he sentido bastante bien...gracias por tu atención a mis heridas, talves hubiera empeorado si no hubieras sido tú el que me vendo...ya que, últimamente no hay muchos conocidos míos que sean sísmicos.—bajó la mirada para verle mientras que dejaba el vaso a un lado.

— Ehe...no hay de qué, aveces es bueno tener a alguien que sepa de estos temas...así no tienes que atenderte solo...—dijo encogiendo un poco los hombros.

Alemania solo se mantuvo comiendo lo que habían ofrecido, para luego solo dirigirle la mirada al chileno, sin darse cuenta de que había perdido la conciencia en ese momento, evitando que le quitara la mirada de encima.

— ...

Luego de unos minutos sintió como el chileno colocaba una mano en su hombro, moviendolo un poco. Por suerte este le había sacado de sus pensamientos.

(Mm-ah?, tut mir leid, dachte ich immer wieder.?.) ¿Mm-ah?, lo lamento, me quedé pensando...—respondió algo avergonzado.

— Descuida, ¿Por qué no mejor vemos una película? Así nos distraemos un rato.—ofreció el chileno.

Su contrario solo asintió, por lo que no tardaron en estar ahí en la sala, aunque...en silencio.

Era algo incómodo la verdad...

Ale solo pensaba en alguna cosa para hablar, pero no tuvo mucho tiempo para pensar ya que... la puerta del chileno había sido tocada por alguien desde el exterior.

(Scheiße...)

Pensó.

(Sie klopfen an deine Tür...) Tocan a tu puerta...—mencionó.

El chileno solo se levantó para ir hacia la puerta, y observar por el "ojo" de esta.

Era el mexicano.

— Ven, es mejor que te quedes en mi cuarto, y no salgas ¿Bien?—lo ayudó a levantarse y lo llevó hasta su cuarto, este solo le miraba algo confundido.

Una vez dejó a Ale ahí, fue hasta la puerta para abrirla.

— ¿Mex? Oh hola, lamento la tardanza...estaba, durmiendo.—dijo como excusa.

— Quiubo werito, no más venía por un abrigo que estoy re seguro que se me quedó aquí. ¿Me dejas revisar?—explicó y este lo dejó entrar.

Este solo comenzó a buscar, aunque el chileno también lo hacía, ya que no quería que Mex abriera la puerta donde se supone que Ale estaba escondido.

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