.•○Capítulo X○•.

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Al cabo de unas cuantas semanas, no había cambiado mucho la situación.

Mientras que los americanos nuevamente estaban bajando sus ganancias, los europeos ya estaba como debían de estar, aun que claro, ellos no se excedían y solo procuraban mantenerse en aquella línea invisible en la que estaban.

De días pasaron semanas, y de semanas, hasta un mes. No había mucha información al respecto, solo eran días repetitivos y bastante agotadores para nuestros dos country's.

...

El alemán al llegar a su hogar, solo se dedicó a preparar algo para comer, estaba agotado, pero al mismo tiempo con hambre.

Las horas pasaron y terminó luego de haber puesto aquel kuchen en el horno. Quería que este supiera de manera natural por lo que sólo lo sacó y lo puso a reposar en la cocina tapado con un pañuelo cualquiera, después lo comería.

Mientras esperaba se le vino a la mente una idea...

(Talvez...)

Hace mucho que este no veía a Chile... talvez, una pequeña visita de mi parte no le importaría, ¿Verdad? Además de que podría recompensar la salida que hizo hace unas semanas.

— Ehe...—rió levemente y se dirigió a su cuarto para cambiarse, ya que el salir de esta manera y con el frío de las calles... talvez se enfermaría.

Ya todo más ordenado, y el kuchen algo más tibio, lo dejó en una canasta y se dispuso a llevárselo.

Ya en el estacionamiento, solo subió a su respectivo auto para comenzar a manejar hacia cierto lugar.

(...)

Mientras manejaba, gozaba de la tranquilidad de las calles, al igual igual sus vistas... aún que... algo raro pasaba...

Mientras conducía notaba que en cierto giros que hacía, le temblaba la pierna al igual que los brazos... aún que de manera leve.

— ¿Mmh?...—era bastante raro.

(Talvez es solo el frío...)

Pensó quitándole importancia.

Al llegar a dicho edificio, caminó hacia el interior saludando a recepción, después de todo quería ser amable.

Al llegar a aquella puerta, solo vió un poco el kuchen, no le gustaría que este estuviera frío al llegar, así que solo le quitó el trapo de encima para verlo un poco.

(Nada ma-...)

Mientras veía el kuchen, pudo notar como su mano tenía una grieta, se alarmó en seguida. Seguido vió su otra mano, por suerte no había nada.

— Scheiße...—susurró.

De la nada había empezado a temblar. Mientras lo hacía notaba como la grieta en su mano empezaba a agrandarse alternándose un poco, hasta que de la nada...este había soltado la canasta.

(N-nein...) N-no...—algo adolorido se agachó esperando que aquel postre no se haya estropeado, pero mientras lo hacía, no pudo evitar el quejarse ya que, de la nada no se podía mover.

— mg-mm...

No paraba de temblar... ¿Qué estaba sucediendo?

No estaba acostumbrado a esto...es, raro y, doloroso.

Por suerte, el chileno quien se estaba durmiendo en el sofá, un inesperado ruido provocó que despertara de golpe.

— ¡Ah!...—este levantó la cabeza y miró a todos lados, no se veía que algo se había caído, quizás había sido afuera.

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