CAPITULO 06

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Durante el fin de semana, Will recibió otra caja con cosas igualmente bonitas y útiles

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Durante el fin de semana, Will recibió otra caja con cosas igualmente bonitas y útiles. Había zapatillas deportivas (adecuadas tanto para correr como para trotar por el bosque), dos pares de jeans (pesados ​​para el trabajo, no los endebles, la mierda de diseñador), un suéter verde oscuro súper suave, cuatro pares de calcetines gruesos y calcetines tobilleros, una franela azul con forro polar, una camisa negra lisa y una manta roja de cachemira.

Fue la manta lo que lo delató.

Se había acostado con una similar hace una semana, la única diferencia era que la del Dr. Lecter era azul, no rojo. Lo que no sabía era qué hacer con esa información. No era como si pudiera enojarse con el hombre, considerando lo mucho que había apreciado los regalos antes de saber de quién eran. Y, técnicamente, el Dr. Lecter hizo todo lo que estuvo a su alcance para ofrecer ayuda sin dejar de lado el orgullo de Will.

Fue pensativo. Fue agradable.

Will no podía dejarlo pasar.

Frotó la palma de la mano sobre el material áspero de sus nuevos jeans y miró los archivos en su escritorio, obligándose a concentrarse. Unos dedos tocaron la foto, atrayendo su atención hacia Alana, quien había acercado una silla a su escritorio hace algún tiempo. Si bien ella aún no habia sido perdonada, de ninguna manera, su relación no fue hostil. Bueno, no fue descaradamente hostil. O más bien, no fue descaradamente hostil todo el tiempo.

Lo estaba intentando, ¿de acuerdo?

Will usó un tono mayormente neutral para decir: — ¿Sí?

— ¿Crees que el Destripador siempre planeó liberarte, o algo incitó esto?

— Ambas cosas. Es un caníbal. El hecho de que conservó algunos de los órganos dice que siempre planeó usarlos así, solo era cuestión de cuándo. Y aunque tres años parece mucho tiempo para ti o para mí, es un paciente a nivel de coma. Algo lo empujó a moverse antes de tiempo.

— ¿Alguna idea de qué?

Will negó con la cabeza. Alana movió las fotos para que una diferente encabezara la pila.

— ¿Algo nuevo te sucedió entonces?

— No. ¿Por qué?

Ella le dirigió una mirada poco divertida.

— Porque te liberó a propósito. Te guste o no, estás en el centro de esto. ¿Quizás te visitó? ¿O hiciste algo y él se enteró?

— Los únicos visitantes nuevos fueron el Dr. Lecter y mi abogado, y dudo mucho que alguno de ellos sea el Destripador.

— No, probablemente no. — Ella suspiró. — Estoy tratando de pensar en todas las opciones, Will. Hizo esto por una razón. Tenemos que averiguar qué.

Paragon (Hannigram)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora