iii ; il suo fascino è la sua maledizione

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La puerta del departamento fue abierta con fuerza y cerrada al mismo tiempo, el jóven dejo caer su mochila y se tiró en el sofá, había hablado con ese ángel tan encantador que se le olvidó llegar a la hora acordada.

—Llegas tarde y te echas de una vez al sofá, ¿Acaso quieres que me vuelva tu sirviente?, No voy a recoger tus cosas.—Escuchó la voz de su compañero

—Ay, cálmate un poco Jake, acabo de tener la mejor hora de mi vida.—Suspiró y su mirada se encontraba perdida en el techo

—¿Mejor hora de tu vida?, Creo que ya sé a qué me suena eso, rápido dime, ¿Él o ella?—Jake se devolvió a la cocina, el departamento era pequeño así que podían escucharse desde un lado a otro

—Él, es un chico, pero es demasiado encantador, creo que me voy a enamorar.—

—Deberías cuestionar tu bisexualidad, de verdad parece que te gustan más los hombres que las mujeres.—Sirvió un plato de sopa, luego se dirigió al sofá donde estaba Jay

—Eso no importa en este momento... Era muy tímido, ¿Crees que mi apariencia lo haya puesto así?—

—Las personas son tímidas por situaciones que los llevaron a serlo, aunque, también puede ser porque están junto a una persona que los atrae... Dudo que sea la última si hasta apenas se conocen.—Se sentó al lado del contrario, Jake no solía darle tanta importancia a los temas amorosos de Jay, al fin y acabo siempre duraban uno o dos meses

—Pero hay algo que se me hizo raro, al momento en el que le pedí su teléfono para cambiar números e información, él se negó diciendo que no traía consigo su teléfono pero está mañana lo ví sacándose una foto con el chico que es de mi facultad.—Dió unas cuantas cucharadas a su sopa

—¿Ves?, No está interesado en ti.—

—No seas malo... De igual forma le di un papelito con mi número por si estaba interesado en hablarme, ¿Crees que lo este?, Digo, soy muy guapo, tengo músculos y...—

—No me hables de tus dotes, por favor, ya te escuché muchas veces eso. Si estuviera interesado obviamente te escribiría.—Dijo viendo comer a su amigo

—Está bien, de verdad espero tener algo con ese angelito, por cierto, se llama Kim Sunoo... ¿Crees que le quede bien el Park Sunoo?—

—¡Jay ya basta!—Le dió un pequeño golpe en el brazo a su amigo, haciendo que ambos rieran

Jay se había enamorado veces anteriores, pero nunca lo había visto tan ilusionado con este chico llamado Sunoo, aunque muy en el fondo, a Jake si le pareció extraño el hecho de que el chico no haya querido darle su teléfono, pero es cuestión de cada quien, se decía a si mismo.

Sunoo miraba atentamente la ventana de su departamento, no quería ver televisión ni tampoco le llamaba la atención leer un libro ese día, en su cabeza rondaba el pensamiento si escribirle al chico que conoció hace unas horas atrás o no.

Tenía dos posibilidades, una era hacerlo de forma discreta y encontrar alguna forma en la cual Sunghoon no sé diera cuenta.

La otra era precisamente lo último, que Sunghoon se diera cuenta y se molestará por eso. Sunoo obviamente le iba a excusar todo lo que Sunghoon le haría si llegara a enterarse de eso.

«No debería... Sunghoonie se molestaría mucho conmigo, no quiero eso.» pensó mientras apretaba con fuerza la tacita de té que tenía en sus manos.

«Pero... Quiero escribirle, Jay me pareció muy interesante.» dió un sorbo al té, entonces la campanilla del horno comenzó a sonar, dándole a entender que el pastel que le había hecho a Sunghoon ya estaba listo.

CONDANNATO ; SUNGSUN - JAYSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora