ix ; solo pochi messaggi

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Esa noche Sunoo estaba parado en frente de su mayor, viendo cómo este revisaba todo su teléfono para no encontrar nada sospechoso, aunque ambos pensaban diferente.

Sunoo creía que era una de las cuantas veces que Sunghoon revisaba su teléfono, no era la primera vez, ni sería la última.

Mientras que Sunghoon buscaba desesperadamente mensajes de Soobin, estaba demasiado seguro de que ellos se estaban viendo.

Su frustración se formó cuando no encontró absolutamente nada sospechoso en el teléfono de Sunoo, solo llamadas y mensajes de él mismo y la madre de su mejor amigo, nada más fuera de lo común.

—Toma, supongo que está bien, gracias.—Dijo dándole su teléfono en sus manos

Sunghoon, había alterado totalmente ese teléfono, prohibió varias aplicaciones en las cuales se podía chatear, si Sunoo quería instalar algo en su propio teléfono tenía que pedirle permiso a su mayor, quien analizaba si la aplicación podía o no estar instalada.

—Hyung...—

Desde aquel día del beso, Sunghoon pensó que Sunoo se iba a aterrar y posiblemente a distanciarse un poco de él, pero es todo lo contrario, busco estar más apegado de lo que ya estaba, además de algunas veces pedir un piquito tímidamente en sus labios, los cuales solía darle con una sonrisa.

—¿Paso algo, Suni?—Sabía que Sunoo necesitaba un beso, se había vuelto adicto a ellos

—Bueno... Quiero un beso.—Sus mejillas ardían, Sunghoon nunca le negaba nada, aunque pedirle esas cosas lo ponían extraño, sentía las famosas mariposas en su vientre

No tuvo problemas en acorralar al menos contra la pared para poder juntar sus labios, aunque está vez, no parecía ser algo rápido, el beso fue alargándose cada vez más, Sunghoon sentía que no podía controlarse más y luego tuvo que parar, dejando a un Sunoo con sus labios rojos e hinchados, tratando de tomar aire rápidamente.

—Voy a la cocina a preparar algo para la cena.—Sunghoon se despidió de Sunoo dándole un beso en su mejilla roja

Le había gustado el beso, cada que su mayor le daba uno no podía evitar sentirse extraño, pero tampoco le desagradaba la sensación que sentía, era una extraña excitación.

Cuando se sentó en el sofá para poder procesar el beso, la pantalla de su teléfono brillo, como si le hubiera llegado un mensaje.

Al tomar su teléfono se percató que en la bandeja de notificaciones se encontraba un mensaje de un número que no tenía agregado, se asusto, aunque tal vez puede que alguien se haya equivocado de número.

Al tomar su teléfono se percató que en la bandeja de notificaciones se encontraba un mensaje de un número que no tenía agregado, se asusto, aunque tal vez puede que alguien se haya equivocado de número

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Aquel mensaje hizo que su corazón comenzará a latir desenfrenado, pero no era por algún sentimiento cálido, era miedo... Sunghoon podía revisar su teléfono en cualquier momento otra vez, y por más que borrará la conversación, se daría cuenta de alguna u otra forma.

CONDANNATO ; SUNGSUN - JAYSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora