Despertar

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Desde que tengo memoria, preescolar, primaria y hasta en secundaria fui la "gordis" del salón, si esa misma la rellenita con carita de ángel. La que molestan en clase de educación física, la que siempre tenía hambre y guardaba en el puesto montañas de mecato.

La verdad siempre me sentí bastante acomplejada por no poder ni con dietas o ejercicio alcanzar o al menos acercarme al cuerpo perfecto con cintura de guitarra que se promociona por todos lados. Fue algo bastante frustrante en mi adolescencia.

A pesar de ser bastante tímida, construí una fuerte personalidad que creo que fue la que me ayudó a conseguir algunos novios. Tengo muy buenos recuerdos de ellos, pero también que cualquier tema relacionado a intimar era un problema porque prefería que todo fuera con la luz apagada, nunca me dejé ver desnuda de ninguno de ellos, ni siquiera en vestido de baño.

Estaba totalmente acomplejada hasta que entré a la U a estudiar medicina, viendo una materia de anatomía y morfología me di cuenta que por factores genéticos nunca iba a ser posible tener medidas de reina.

No sé, eso marcó un antes y un después de mi vida. Empecé a aceptar que hay cosas que no puedo cambiar por mi herencia genética y que, aunque tuve en mente hacerme cambios estéticos, decidí que no estaba dispuesta a someterme a mil cirugías para darle gusto a los demás. Era una mujer inteligente, saludable, estudiosa con buenos hábitos y bien vestida, no solo un pedazo de carne para exhibir y vender.

Fue duro, pero al fin entendí que me amaba y aceptaba tal como era, no necesitaba que alguien más lo hiciera por mi para pensar que lo merecía.

Fue duro, pero al fin entendí que me amaba y aceptaba tal como era, no necesitaba que alguien más lo hiciera por mi para pensar que lo merecía

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Ella es: Kelly (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora