Es increíble como el miedo a veces nos hace creer que no existe una salida diferente. La vida de Kelly está a punto de dar un giro de 360 grados, uno que nunca en la vida llegó a imaginar.
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Cuando llegué al salón el profesor me recibió con una mirada que nunca antes le había visto.
- Señorita Kelly, está muy bonita ¿va de rumba ahora?
- Claro profe a celebrar que voy a ganar el parcial
- Esa es la actitud
Me entregó la hoja y me senté en la silla. A las 8 en punto miro su reloj y nos dijo:
- Volteen sus hojas, ya pueden comenzar
Le di una mirada rápida a todas las preguntas y sonreí feliz levantando la mirada al profesor porque eran justo las preguntas que había dejado en los talleres, todo un regalo.
Nos quedamos mirando y sus ojos penetrantes se me clavaron en el alma. Me dio mucho calor y le sonreí coquetamente pasando el cabello detrás de mi oreja.
Respondí tan rápido como pude y solo una de las preguntas no fui capaz de responderla, pero traté de disimular que estaba escribiendo más cosas para mirarlo disimuladamente.
«Ay dios mío, el profesor Mario hoy está más bueno que nunca. Cuando será que se acaba el semestre para hacerle el atentado.»
Inconscientemente me metía el lápiz a la boca pensando en lo delicioso que sería darle una buena mamada en los baños de la Universidad. Lo descubrí más de una vez mirándome, miraba hacia otro lado, resoplaba y se ventilaba con las hojas de los exámenes restantes.
El deseo era correspondido y sin duda al terminar el semestre cuando ya no tuviéramos vínculo profesor-estudiante iba a buscar como quitarme ese antojo.
Antes de levantarme, me arreglé bien la camisa para que se viera mi escote perfectamente. Me levanté y giré dándole la espalda para agacharme a recoger el bolso. Voltee a mirar y ahí estaba embobado con mi culo. Lo miré a los ojos, se asustó y volteó la mirada hacia otro lado para disimular.
Caminé hacia él con paso firme, pisando de tal forma que mis senos rebotaran. Me incliné un poco hacia adelante y le coloqué la hoja en su puesto. El miró sentado en medio de mis senos a la cara y me devolvió una linda sonrisa.
- ¿Que tal el examen señorita Kelly?
- Muy bueno --me mordí el labio inferior-- profe
Lleve su doble mensaje para que vaya confirmando sus teorías.
- Ahí les adelante el aguinaldo
- Si profe, después le correspondo el regalito
Me tercié el bolso en el hombro y salí del salón meneando el trasero. A mitad de corredor me tuve que apoyar en la pared de afuera para tomar aire y recuperar fuerzas con una mano en el pecho. Nunca le había coqueteado de tal forma descarada a un profesor, ni a nadie.
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